El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, German Bahamón, ha puesto esta semana el ‘dedo en la llaga’ sobre un fenómeno que con el pasar de los días se ha convertido en un gigante que amenaza con la estabilidad de un renglón económico clave para el país como lo es el sector cafetero: las extorsiones.
La advertencia del dirigente gremial es de una enorme gravedad: “La extorsión es nuestra nueva roya, la cual sufrimos sin distingo de raza o ideología. 23 departamentos y más de 600 municipios azotados por este fenómeno delictivo. Con mayor afectación en Tolima, Huila, Cauca, Nariño, Valle y Antioquia”.
Para nadie es un secreto que muchas de estas extorsiones se han ‘disparado’ de la mano con el fortalecimiento de las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’, en conversaciones de paz con el gobierno de Gustavo Petro. Vale la pena recordar que fue este mismo grupo ilegalmente armado el que presionó esos diálogos mediante la masacre de 7 policías en 2022 en el corregimiento de San Luis, zona rural de Neiva.
En el caso del Huila, las disidencias de ‘Mordisco’ se han multiplicado, al punto que han desplegado varias estructuras armadas, las cuales se financian a través de las extorsiones. Y para llevar a cabo estas exigencias económicas, no lo hacen amablemente; acuden a los asesinatos selectivos, los atentados terroristas, la incineración de vehículos, las amenazas, los desplazamientos, entre otros delitos.
Por ser el departamento de gran vocación cafetera, han sido las familias de este sector, evidentemente, las más afectadas con el accionar de las disidencias.
El asedio, las extorsiones y el clima de inseguridad le hacen un enorme daño a la prosperidad de las regiones. Por eso, es urgente que la institucionalidad, el sector privado y la sociedad huilense en general se unan para evitar el ‘marchitamiento’ de la economía. Llegó la hora de exigirle al gobierno Petro compromisos serios en aras de garantizar la tranquilidad de los huilenses.