Genera preocupación los altos índices de accidentalidad vial que muestra Colombia. Solamente el año pasado murieron en nuestro país 6.885 personas, la mayoría hombres jóvenes en edad productiva, y cerca de 30 mil lesionados, la mayor parte de estos accidentes relacionados con moto. El Huila no es la excepción, en el año 2023 fallecieron en el departamento 206 personas por accidentes viales.
Por eso llama la atención la resistencia a usar el casco de protección y otros elementos que buscan disminuir los accidentes, como el chaleco durante la noche, en nuestro departamento. Resulta paradójico que mientras la mayoría de muertes y accidentes viales se relacionen con motociclistas, son ellos los más obstinados a usar las medidas de protección y quienes muestran el peor comportamiento en las vías. Compran una moto de varios millones pero no invierten en un buen casco que los proteja, ni tampoco portan los elementos y documentos para transitar con seguridad.
La mayoría de los siniestros viales se relacionan con el mal comportamiento del conductor y no se deben a fallas mecánicas, como muchos pensarían. El exceso de velocidad, el conducir bajo los efectos del alcohol y la falta de acatar las normas viales son las principales causas de los siniestros. Es decir, la mayor parte de los accidentes pueden ser prevenidos, porque dependen de la voluntad del actor en la vía.
Se necesita un cambio en el comportamiento vial, que empiece por una buena capacitación para obtener la licencia y cultivar una cultura del respeto por las normas viales. Pocos usan el casco en el Huila; es usual ver en la mayor parte de municipios el tránsito en moto sin este importante elemento de protección. Tampoco existe autoridad vial en la mayoría de municipios que ejerza control. Gran labor tienen que desarrollar los nuevos alcaldes para lograr que se vuelva norma el uso del caso y se cambie el comportamiento vial. El respeto por el peatón y el ciclista deben ser el punto de partida.
En Neiva se volvió costumbre el irrespeto por los semáforos y las normas viales. Además de la educación, es necesario el control. Por eso aplaudo el interés del alcalde de Neiva, Germán Casagua, de realizar campañas y controles viales especialmente en horas nocturnas, un poco de zanahoria y garrote. Necesitamos este tipo de iniciativas a lo largo del departamento, la prevención de la siniestralidad vial nos corresponde a todos. Cualquiera está expuesto a estas tragedias.
Ojalá y entendamos la importancia de trabajar por una cultura del respeto vial, pues resulta supremamente costoso para la Nación la alta accidentalidad que muestra Colombia. Esto de acuerdo a la pérdida en productividad debido a que la mayor parte de accidentados son personas jóvenes, atado al costo al sistema de salud que genera en el largo plazo la atención y las secuelas de accidentes viales.
Hagamos un pacto por la vida en la vía, empecemos por cada uno de nosotros y así lograremos cambiar nuestra cultura vial.