Tras varias semanas de expectativa, la Alcaldía de Neiva hizo oficial esta semana las medidas relacionadas con la restricción al tránsito de motocicletas en la ciudad, en aras de garantizar la seguridad y tranquilidad de los neivanos.
Según el Decreto 0183 de 2024, no habrá restricción de motocicletas, motocarros o cuatrimotos entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana del día siguiente en las vías urbanas. También habrá restricción al tránsito de vehículos clase motocicletas con acompañante o parrillero en la zona comprendida: desde la calle Quinta hasta la calle Once y de desde la carrera Primera H hasta la carrera Séptima, es decir, en el microcentro de la ciudad.
Adicionalmente, el mismo acto administrativo, firmado por el alcalde German Casagua, prohíbe el parqueo o estacionamiento de vehículos tipo motocicletas frente a establecimientos públicos cuya actividad sea el expendio y consumo de licor, entidades públicas y financieras; así mismo en andenes, plazoletas, alamedas, zonas verdes, separadores y demás componentes del espacio público del perímetro urbano de Neiva.
El argumento más importante que respaldan estas medidas son los homicidios y atracos cometidos en buenos porcentajes por motociclistas. Según cifras oficiales, en 2023 se registraron en la capital del Huila 92 homicidios, 35 de los cuales, es decir el 38%, se materializaron a partir de la ejecución del parrillero en motocicleta. Así mismo, se presentaron 6.075 hurtos a personas, 2.323 de ellos, o sea casi el 40%, fueron realizados por el parrillero.
Cualquier medida legal que busque preservar la integridad y tranquilidad de los neivanos es bienvenida. Sin embargo, el mayor reto para la administración Casagua y las mismas autoridades es garantizar el cumplimiento estricto de las restricciones.
Las medidas serán intrascendentes si su aplicación se diluye en el tiempo. La verdad es que este tipo de restricciones a los motociclistas no son nuevas en la ciudad porque administraciones anteriores las han promulgado, pero con el pasar de los días se convierten en ‘letra muerta’.
Es clave además que haya una evaluación permanente sobre el impacto de las medidas en la seguridad de la ciudad.