Tres de los 10 niños que estaban reportados con insuficiencia renal crónica en el Huila lograron ser intervenidos quirúrgicamente para reemplazar el riñón, que los tenía limitados a vivir mediante tediosos procedimientos médicos como la diálisis y no les permitía disfrutar de su niñez.
Hace un año la Secretaría de Salud del Departamento avaló los procedimientos quirúrgicos de trasplante renal pediátrico en el Hospital Universitario de Neiva, en el que les permite a los niños que padecen de esta deficiencia poder mejorar su estilo de vida, gracias a la generosa donación de una familia.
De Putumayo, San José de Isnos y Fortalecillas llegaron los tres pacientes, que luego de permanecer por varios años en lista de espera, lograron recibir un órgano que fuera compatible para ser trasplantados.
Dos de los tres casos hasta el momento han evolucionado de manera exitosa. Desafortunadamente hace cinco días Jorge Luis Claros Muñoz, de 8 años de edad, quien fue intervenido quirúrgicamente, presentó una especie de rechazo al trasplante y se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Doble drama
Hace un poco más de tres años Jorge Luis y su hermano gemelo, John Fredy Claros Muñoz, llegaron a Neiva procedentes de Putumayo con su progenitora Olga Muñoz, luego que el síndrome de Alport que padecían les afectara los riñones.
La enfermedad congénita que tenían los dos pequeños los llevó a una etapa renal crónica, por lo que tuvieron que ser sometidos a diálisis. A finales del año pasado Jhon Fredy no soportó a una de las intervenciones quirúrgicas y falleció. Dos meses después a Jorge Luis le notificaron que había un donante para él.
“Gracias al buen gesto humanitario de una familia en Bucaramanga, el 3 de marzo pasado fue intervenido y trasplantado, con una función renal normal se fue para la casa. Sin embargo, hace unos días se complicó y se encuentra bajo observación médica, creemos que está haciendo un rechazo, estamos manejándolo en procura de que todo mejore”, señaló el médico especialista.
Jorge Luis se encuentra bajo estrictos cuidados, donde los médicos hacen todo lo posible para estabilizarlo, de lo contrario tendría que regresar a la diálisis.
Primeros trasplantes exitosos
Luego de permanecer siete años en procedimientos médicos estrictos y tener que someterse cada día de por medio a la diálisis, Jorge Salazar, de 17 años de edad, se convirtió en el primer paciente menor de 18 años trasplantado en Neiva.
Ya han pasado cuatro meses en el que la vida para este adolescente cambió totalmente. “Hace pocos días le hicieron unos exámenes y le han salido bien, no ha tenido ningún impedimento, ni ningún dolor, mi hijo está de otro semblante gracias a Dios”, aseguró Vizanta Velazcos, madre de Jorge Salazar.
Esta misma alegría la vienen sintiendo desde hace un mes los padres de Jefferson Fernández, un niño de 12 años, dos de ellos con la enfermedad renal. “Ahora ya no tiene que hacerse diálisis cada cuatro horas, la vida es normal como antes. El médico dijo que lo tenemos que cuidar muy bien durante los tres primeros meses, esperamos que luego él pueda volver al colegio, tener una vida normal, con cuidados, pero sin la necesidad de tener que vivir sometido a diálisis. Todos sus amiguitos en el municipio de Isnos de donde somos lo están esperando”, dijo Yaneth Papamija Yáñez, mamá de Jefferson.
Preocupante cifra
El Huila es uno de los departamentos que más enfermedad renal crónica registra en Colombia. Según el Ministerio de Salud a nivel nacional hay 62 pacientes por cada cien mil habitantes, mientras que en el Huila se registran 64 casos por esta misma cantidad de habitantes. Sin embargo, la cifra es alarmante en Neiva, en la que se registran 100 casos por cada cien mil habitantes, casi la mitad de la media nacional. De este grupo, el tres por ciento son menores de edad.
Para el doctor Milton Ibarra, el único nefrólogo pediatra en Neiva, de los 35 que hay en Colombia, el avance que ha hecho el Hospital Universitario en su Unidad Renal les ha permitido a los pacientes tener una atención oportuna, que los viene posicionando a nivel nacional.
“Nosotros tenemos la capacidad de manejar cualquier tipo de enfermedad renal, estamos a la par de cualquier de las grandes capitales, hacemos cualquier tipo de terapia dialítica y actualmente estamos haciendo trasplantes. Estamos haciendo cosas que le benefician a la región y que definitivamente competimos en calidad en servicios con las grandes capitales, tenemos que seguir mejorando y en la medida de los años así será”, manifestó el doctor Ibarra.
En el departamento hay más de 800 pacientes con enfermedad renal crónica en diálisis, 10 de ellos son menores de 18 años de edad. Pero de estos pacientes solamente hay 35 en lista de espera a un órgano, debido a la tramitología de las EPS para pasar a esta lista de espera y la poca divulgación de estos servicios que presta el Hospital Universitario de Neiva.
“Nuestros pacientes tienen muchas barreras de acceso. Afortunadamente el departamento cuenta con la Unidad de Trasplantes Renales de Adultos, que ha sido líder a nivel nacional, tienen un gran grupo de pacientes trasplantados y ahora tenemos para pacientes pediátricos. Sin embargo, falta mucha solidaridad de los huilenses que se niegan a donar los órganos de familiares que están con muerte cerebral o sin ninguna probabilidad médica de sobrevivir”, resaltó el profesional de la salud.
Los huilenses se niegan a donar
El 85% de las familias que tienen a sus seres queridos sin ninguna posibilidad médica de sobrevivir, se niegan a donar los órganos que podrían ser de vital ayuda a cientos de pacientes que llevan años esperando tener una vida que no los limite a una máquina.
Así lo reveló el pediatra nefrólogo Milton Ibarra, de la Unidad Renal del Hospital Universitario de Neiva, quien lamentó la poca solidaridad de los huilenses en este sentido.
“A nivel nacional la negativa está en promedio del 52%. En Medellín es donde mejor aceptación tiene con una negativa a donar tan solo el 14%. La negativa familiar en el Huila es del 82%, de los 100 candidatos 82 dicen que no y lastimosamente esos órganos se pierden. Acá no tenemos la cultura de donación, es una situación que tenemos que cambiar, mejorar la cultura y la idea de esto que se conozca. Estaremos agradeciéndole a una familia que donó los órganos de su ser querido y está salvando la vida de muchas otras personas”, aseveró el doctor Ibarra.
Sin embargo, la única opción no es sólo entrar en una lista de espera para donante. El médico aseguró que los familiares del paciente también pueden convertirse en vitales donantes, luego de una serie de procedimientos que determinen si es o no compatible, pero desafortunadamente sólo el 10% de los donantes para estos pacientes son de familiares.