Treinta y ocho huilenses llevan años en la lista de espera de un órgano que les pueda cambiar y mejorar su salud, que se ha visto deteriorada por enfermedades congénitas, diabetes, hipertensión, entre otras patologías que llevan a la insuficiencia renal crónica.
A nivel nacional el Huila ocupa el deshonroso segundo lugar, después de Barranquilla, en el que se presentan más casos en el que la familia se niega a donar los órganos de sus seres queridos, que por algún accidente u otro motivo han quedado con muerte cerebral y sin ninguna probabilidad de sobrevivir.
Una sola persona que decida entregar sus órganos puede beneficiar hasta 55 receptores. Sin embargo, en el 85% de los casos registrados en el departamento los familiares se niegan por diferentes motivos a donar órganos y tejidos de sus seres queridos.
En el departamento del Huila sólo se realiza trasplante de riñón y cornea. Actualmente se adelanta la documentación para la autorización de las intervenciones quirúrgicas del trasplante de hígado, teniendo en cuenta que ya se cuenta con el personal especializado en Brasil en esta área.
El año pasado dos personas fallecieron esperando una donación, que cada año se reduce más debido a la poca solidaridad de los huilenses que no autorizan en vida la utilización de sus órganos. Actualmente hay 880 pacientes en diálisis y que esperan hacer parte de la lista de potenciales receptores de órganos de riñón.
Para el año 2010, según reportes oficiales, había un porcentaje de 22,1 donantes por un millón de habitantes en la región, mientras que para el 2013 esta cifra estuvo en 12,4. Las causas de la negativa a la donación están fundamentadas en dudas sobre la muerte encefálica o muerte cerebral de su familiar (quien se convierte en un potencial donante), la religión y percepción de corrupción.
Cambio de vida
Hace siete años dos huilenses cambiaron su estilo de vida gracias a las primeras intervenciones quirúrgicas de trasplante de riñón en la región. Ismael Perdomo y Pedro Nel Molano hoy agradecen ese gesto humanitario que tuvieron dos familias que decidieron donar los órganos de sus seres queridos, que solamente sobrevivían al estar soportados por una serie de máquinas.
“Duré como cuatro meses esperando el trasplante de riñón y ya llevaba como 26 meses en diálisis, que me tenía sometido a una vida limitada. Actualmente he podido recuperar mi vida, puedo trabajar, ha sido un cambio total, estar trasplantado es volver a vivir”, aseguró Ismael Perdomo.
En ese sentido, Pedro Nel Molano, un magistrado pensionando y quien duró dos años en diálisis, asegura que volvió a nacer una vez fue trasplantado, por eso como iniciativa propia ha visitado colegios de la ciudad para dar a conocer la importancia de donar órganos.
“La invitación que le hago no sólo a los huilenses, sino a todos los colombianos es que hagan parte de la donación de órganos, porque debido a esto, los que estábamos en crisis y ahora hemos sido trasplantados, podemos tener la dicha de volver a vivir, entonces la alegría es inmensa. No les de miedo donar, porque una persona luego que fallece, digamos que deja de funcionar su existencia, pero esos órganos los pueden donar y sí puede beneficiar a muchas personas”, aseveró Molano.
Mala percepción
Para el doctor Hernán Sarria, coordinador de la regional No. 6 de Trasplante de Órganos, la mala percepción de los ciudadanos con respecto a la trasparencia de este procedimiento está afectando la solidaridad de los huilenses, que se ve reflejado en menos esperanzas de vida para los pacientes en lista de espera.
Desde hace cuatro años el Ministerio de Salud aprobó esta regional en el Huila, en la que su misión es garantizar la trasparencia en el proceso de la donación y trasplante.
“En Colombia se lleva más de 30 años trasplantando. Antes se permitía que se trasplantara a personas de otro país, ahora con estas coordinaciones no se permite que esto se haga, porque se entiende que esto le quita la posibilidad de salvaguardar la vida de un colombiano. La gente a veces se niega a donar porque tienen esa percepción de corrupción, de tráfico de influencias, pero esto no es así y nosotros estamos aquí para garantizar que se haga en el marco de la legalidad”, aseguró el doctor Sarria.
La negativa familiar para el año 2006 era del 42% en el Huila, el año pasado fue del 62% y sólo en Neiva la negativa fue del 85%. Estas cifras posicionan al departamento como el segundo que menos se solidariza con la donación de órganos que pueden salvar la vida de hasta 55 personas.
“A veces se alimenta la mala información que allí se teje un negocio, cuando realmente sabemos que los trasplantes son gratuitos, entonces eso hace que la negativa familiar vaya creciendo. Es bueno que los familiares sepan que esos trasplantes no tiene ningún costo y les va a cambiar para bien la vida a muchos”, aseveró el funcionario.