Mucho más que entregar volantes tendrán que hacer las autoridades para enfrentar la ola de extorsiones, intimidaciones y acciones violentas que está afectando al departamento del Huila. Los 7 casos de intimidación, mediante el empleo de artefactos explosivos, en lo que va de 2024 es una señal de que las cosas están muy graves.
Si bien el clima de inseguridad es aprovechado por población carcelaria y delincuentes comunes para presionar el pago de extorsiones, hay una realidad: las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’ son las responsables de la mayoría de estos casos.
Y cómo se llegó a esto. Desde el momento en que se registró la masacre de 7 policías en San Luis, zona rural de Neiva, empezaron los problemas porque ese hecho de sangre fue aprovechado por los ‘Mordiscos’ para presionar al gobierno de Gustavo Petro para que accediera a una negociación de paz. Lo lograron y de acuerdo con informes oficiales y no gubernamentales, las disidencias han aprovechado la mesa de conversaciones para fortalecerse. Y el Huila lo ha sentido de qué manera.
Todo el 2023 fue aprovechado por las disidencias de ‘Mordisco’ para hacer control territorial y social, al punto de llevar a cabo ‘carnetizaciones’, confinamientos, masacres, homicidios selectivos, desplazamientos en la zona rural de Neiva y municipios como Algeciras, Campoalegre, Hobo, Tello, Baraya, Íquira, La Plata, entre otros. Y era de esperarse que este grupo ilegal buscara su financiación a través de las extorsiones.
Este contexto sirve para dimensionar la realidad a la cual se enfrentan hoy los huilenses. Por eso, si bien son importantes las campañas de prevención, ellas no darán ningún fruto si realmente la Policía y el Ejército no cuentan con la orden para desplegar una gran ofensiva contra estos reductos ilegales. Al fin y al cabo, son de público conocimiento los lugares en los que citan a empresarios, ganaderos y ciudadanos en general a pagar las extorsiones.
