Las autoridades meteorológicas han insistido en que hay una gran probabilidad de que a partir de junio se desarrolle en el país el fenómeno de La Niña, es decir, el evento opuesto al fenómeno de El Niño.
Sobre estos dos fenómenos, el propio Ideam tiene su explicación técnica: Mientras el fenómeno de El Niño es un evento climático que se genera cada cierto número de años por el calentamiento del océano Pacífico y sus efectos son notables en el norte de la región Pacífica, los departamentos de la región Andina y en los departamentos de la región Caribe, el efecto de La Niña se caracteriza por un aumento considerable de las precipitaciones (anomalías positivas) y una disminución de las temperaturas (anomalías negativas) en las regiones Andina, Caribe y Pacífica, así como en áreas del piedemonte de los Llanos orientales, mientras que en la zona oriental (Orinoquía y Amazonía).
Dicho en otras palabras, lo que el Ideam advierte es que a partir de junio a agosto, hay un 62% de probabilidad de que llegue el Fenómeno de La Niña, lo que representará una temporada de más lluvias. La misma entidad señala que este mes de marzo se ha mostrado como un mes de ‘transición’ entre El Niño y la temporada de lluvias en el país.
Esto obliga a que de inmediato autoridades nacionales, regionales y municipales gestionen y ejecuten las acciones que sean necesarias para prevenir desastres con motivo de la intensificación de las lluvias. En cada municipio del Huila, los alcaldes saben muy bien cuáles son las zonas propensas a inundaciones, deslizamientos u otras calamidades.
Necesariamente, una de estas acciones de cara al fenómeno de La Niña que deben liderar los alcaldes es el fortalecimiento de los cuerpos de bomberos y de los organismos de socorro. Son ellos los primeros en atender una situación de emergencia.