Es urgente que el gobierno nacional le haga frente con seriedad y responsabilidad al desabastecimiento, escasez y problemas de suministros de medicamentos acentuado en las últimas semanas.
Ha sido el propio Invima, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, el que ha alertado recientemente que hay 12 medicamentos que se encuentran en riesgo de desabastecimiento. Estos incluyen la albúmina humana en solución inyectable, la insulina (humana), el acetaminofén, la amoxicilina/clavulonato, la queatipina, el metroprolol, entre otros.
Sin embargo, no se trata de un problema de este 2024. Se trata de un asunto que ha hecho crisis en los últimos dos años, marcado, entre otras cosas, por la permanente interinidad al frente del Invima. Desde el Congreso de la República se han escuchado denuncias de que si bien en los últimos meses han sido resueltos más de 8.000 trámites en esta entidad, hay 20.000 más que sigue represados.
El Ministerio de Salud, por su parte, ha señalado que tiene identificadas las causas del desabastecimiento de medicamentos en el país: concentración de ventas en pocos productores (oligopolio); disminución de la oferta por salida del mercado; cambios en los patrones de prescripción; dependencia hacia otros países en la producción de ingredientes activos; e incremento en la demanda.
Entre tanto, representantes de usuarios han coincidido en advertir que el problema de escasez de medicamentos está lejos de resolverse. Y es esto lo que se refleja cuando muchos usuarios deben acudir a la droguería de la esquina a comprar un medicamento porque la EPS no se lo entrega. No obstante, en varios casos tampoco lo obtienen.
Independientemente de las responsabilidades a que haya lugar, es necesario que sea el Ministerio de Salud el que ‘coja el toro por los cuernos’ de esta problemática porque la comunidad no debe verse perjudicada por trámites administrativos o financieros.