Pitalito, un municipio que tiene la fama de ser ‘cuna’ de pintores, escultores, bailarines, poetas, caballistas y escritores, es además el escenario que hace 30 años recorre paso a paso un librero.
Con mano temblorosa y paso cansado, va de oficina en oficina tratando de vender literatura, algo de lo que en esta región muy poca gente goza.
El es Miguel Díaz Astaiza, popularmente conocido en Pitalito como ‘Miguel Libros’, quien nació a mediados del siglo XX en una vereda muy cerca de la Cueva de los Guácharos en el municipio de Palestina. Era el año de 1953 cuando ocupó el sexto lugar en una familia de 13 hermanos; su infancia fue bastante difícil, ya que fue víctima de la poliomielitis, una enfermedad que está a punto de ser erradicada en el mundo, sin embargo cuando él la adquirió, la cura sólo estaba en desarrollo.
Esta enfermedad no acabó con Díaz Astaiza, pero sí le dejó serias secuelas para toda la vida en su sistema nervioso; nunca se casó y siguió siempre con sus anhelos de salir adelante.
Viajó a la ciudad de Ibagué donde logró emplearse en una editorial, donde le tomó amor a los libros, pero de allí lo sacaron por no poder cumplir con todas las tareas que le asignaban. De esa época guarda un poco de rencor y prefiere no acordarse, no obstante fue allí donde se convenció de la importancia de la literatura para la gente. A pesar de que nunca escribió, quiso hacer de su proyecto de vida el amor a los libros.
El regreso
Una vez se le acaba su trabajo en la Capital Musical y sin más opciones regresa al sur del Huila, se radica en Pitalito y hace algunos contactos en la ciudad de Bogotá para comprar algunos libros que empieza a vender de manera ambulante por el Valle de Laboyos.
“Para vender libros hay que haberlos leído, nunca se puede decir que se ha leído mucho, leer no sólo alimenta la mente, sino el alma. A través de la lectura fortalecemos nuestro bagaje intelectual, lo que aprendemos es lo único que nos queda, sé que de esto uno no vive, sólo se sobrevive. Trabajar con libros es una profesión ingrata para los demás, pero satisfactoria para mí”, asegura con voz temblorosa Miguel Díaz Astaiza, el vendedor de libros.
El librero, con su vasta experiencia, afirma que textos de economía, psicología y superación personal son los preferidos por el público laboyano; sin embargo, es consciente de que en Pitalito la gente cada día lee menos, aunque sabe que libra solitario una batalla contra la tecnología, pero ‘Miguel Libros’ afirma que continuará recorriendo las calles de Pitalito hasta que ya no pueda cargarlos para tratar de llevar a la gente una oportunidad de abrir sus mentes de la manera tradicional.