El escándalo de las supuestas coimas que el Gobierno de Gustavo Petro habría pagado a las cabezas de la Cámara de Representantes y el Senado de la República para facilitar el trámite y aprobación de las reformas sociales, ha generado una ‘avalancha’ de información en los medios de comunicación y las redes sociales.
Lo que empezó como una denuncia relacionada con presuntas irregularidades en un contrato para la compra de carrotanques dirigidos a llevar agua a las regiones más apartadas del departamento de La Guajira, se ha convertido aparentemente en un gran entramado de corrupción con numerosos implicados.
Como consecuencia de este escándalo ya han ‘rodado’ las primeras cabezas en el gobierno Petro. Los protagonistas de los graves hechos, entre ellos el exdirector y exsubdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres de la Presidencia de la República, Olmedo López y Sneyder Pinilla, respectivamente, están dispuestos a contar la verdad ante la justicia.
Sin embargo, con el pasar de las horas, siguen saliendo a la luz nuevos detalles de lo que pareciera ser una ‘máquina’ al interior de altas esferas del Estado para robarse la plata dirigida a los menos favorecidos. A través de distintos canales, se han denunciado nuevos hechos aparentemente de corrupción, más miles de millones de pesos comprometidos y una lista de presuntos responsables.
Es probable que un poco de esta información sea falsa y que algunos estén buscando ‘pescar en río revuelto’ para sembrar caos institucional y generar tráfico en redes sociales. Sin embargo, con lo que se ha descubierto y los antecedentes sobre cómo se mueve el ‘monstruo de mil cabezas’ de la corrupción, es necesario no desestimar las denuncias que están surgiendo.
Una vez más se hace urgente que la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación y la Contraloría General de la República, actúen con prontitud.