Madre, educadora y luchadora
En este día especial de las madres, LA NACIÓN revela la historia de una Licenciada en Educación Física de la Universidad Surcolombiana que además de ser mamá, ha tenido que sobrevivir a una enfermedad huérfana, luchar por mantener una calidad de vida frente a los cambios del modelo de salud para los docentes y conservar un trabajo estable. Ella es Nancy Eldilsa Murcia Caviedes.
Hernán Galindo
Para la licenciada Nancy Eldilsa Murcia Caviedes el Día de la Madre, es un día que muy especial; para ella su mamá, María Helena Caviedes, era todo en la vida. “Mi mamá ya desaparecida, era un ser muy especial, mi guía, mi maestra, amiga y confidente. “No me acostumbro a vivir sin ella, sobre todo por la manera cómo me la arrebató la vida, murió de un infarto, no sobrevivió a una cirugía de corazón abierto”.
“Junto a ella estaba mi viejo, Urbano Murcia, un campoalegruno que también ya nos dejó y mis seis hermanos, nos criamos en el barrio José Eustasio Rivera. Como toda familia clase media. Mi papá trabajaba en el desaparecido distrito 11 de carreteras del Ministerio de Obras Públicas y Transporte y mi mamá se dedicaba a labores de la casa y mis hermanos y yo a estudiar”, dijo.
Después de realizar sus estudios de primaria en la Institución Ricardo Borrero Álvarez, en donde ya descubrió la que sería su vocación en la vida, era líder por grados, los hoy personeros, y ponía a los compañeritos a realizar diferentes actividades.
Llegó al Departamental Femenino, “Codefe”, hoy Tierra de Promisión, estudia todo el bachillerato en la modalidad de ciencias naturales, pero encuentra otra de sus pasiones, el voleibol. Alcanza a ser Selección Huila, pero problemas de salud la sacan de la actividad.
La U
Nancy Murcia hace una pausa en sus estudios, para traer al mundo a la primera de sus hijas, Diana Carolina y es junto a ella que llega a la universidad a estudiar Licenciatura en Educación Física; la pequeña entra a Jardín, servicio que tenía por esos tiempos la USCO.
Una vez termina los estudios, de licenciatura y se gradúa en el año 96, comienza su vida laboral con los semilleros de Bancafé; dictaba clases de natación. Luego hace un paso a Comfamiliar del Huila en recreación y natación. También estuvo con el InderNeiva.
“En el 98, debido a la muerte de mi mamá y buscando una estabilidad laboral, me voy a trabajar con la Bethlemitas Sagrados Corazones. En ese proceso me gano el Intercolegiados y el departamental de porrismo y logramos un cuarto lugar en la final nacional en Bogotá”, recordó.
“Quiero anotar que, así como cuando llegué a la universidad, entró conmigo mi hija Diana Carolina, para Pereira me la llevé, era la única hija que tenía para entonces”.
De Pereira la saca corriendo el terremoto del 99 en el Eje Cafetero, decide retornar a su tierra a buscar otras oportunidades, en esa búsqueda encuentra, la Gotica del Saber y el Columbus American School, como una posibilidad e ingresa a estas dos instituciones.
“Alison Cortés y Dario Arévalo, me dan la oportunidad y depositan su confianza en mi para desarrollar el trabajo de Educación Física, natación y danzas desde caminadores hasta quinto de primaria, transcurría finales del 99 y principios de 2000”.
Cambio inesperado en la vida
Nancy Murcia, hace un giro inesperado en el relato de vida, que hasta ahora iba en el ascenso en su parte laboral.
“Dentro de las rutinas diarias, había terminado clase de natación con los niños de transición en la Gotica del Saber, cuando me sobrevino un dolor abdominal repentino que no me permitió seguir laborando”.
Es trasladada a Urgencias de la desaparecida SaludCoop, la valoran y la envían para la casa. “Tres días después los síntomas persisten, sufro un desmayo; me llevan a urgencias y comienza un proceso que le dio un giro total a mi vida laboral y de salud”.
“Tras valoración por medicina interna, me remiten a la Clínica Shaio en Bogotá. Se inicia toda una clase de exámenes hasta que deciden consultar con especialistas de otros países. Estos a su vez ordenan otros exámenes más complejos y diagnostican problemas coronarios, la aorta y las subclavias, estaba al punto del colapso”.
“Lo primero que pensé es que dejaría sola a mi niña, Diana Carolina que estudiaba en el Gimnasio Moderno, hacía grado sexto”.
La junta no estaba de acuerdo en una intervención que consideraban de alto riesgo. “Es el doctor Hernando Santos Calderón el que decide asumir el riesgo, e invita a otros profesionales a acompañarlo”, recapituló.
“La operación con toda clase de complicaciones, resultó exitosa al punto que estoy contándolo; lo mejor de todo esto es que esto me llevó, pese a las recomendaciones de no volver a quedar embarazada, a ser madre por segunda vez tres años después, Dios me dio un doble regalo de vida, nació Laura Haniela, mi segunda hija, ella quiere seguir el camino de la docencia y por eso estudia Licenciatura en Ciencias Naturales con énfasis en Ambiental”.
“Un recuerdo que siempre está en mi mente y en mi corazón, es la manera cómo los estudiantes, padres de familia, compañeras docentes y en general la comunidad educativa de la Gotica del Saber y el Colombus, decidieron hacer grupos de oración, que estoy segura llegaron hasta papá Dios, además los niños me llamaban la profesora a la que le cambiaron el corazón rojo por uno verde”, adujo.
La otra lucha
Una vez más cuando la profesora Nancy, creía que su vida se normalizaba de a poco, surgen nuevos inconvenientes, empieza la intervención de SaludCoop y con esta los problemas para lograr la atención médica, los tratamientos, exámenes y todo lo que hasta la fecha le garantizaban una calidad de vida.
“Si bien la cirugía fue exitosa, debo mantener un tratamiento de por vida, que significa atención por, reumatología, cardiología, hematología, neurología y medicina interna. La enfermedad se llama Arteritis Takayasu, que fue descubierta por un oftalmólogo japonés que lleva ese apellido”, contó.
Finalmente, para poder acceder a todos los tratamientos debió recurrir a una tutela a SaludCoop, cuyo fallo a favor le devolvió la tranquilidad.
Al retornar a la normalidad vuelve a trabajar con instituciones como el María Auxiliadora; fue coordinadora de Centros de Educación Física del Inderhuila y en esa labor se gana Gol y Paz, programa de la Secretaría de Educación del departamento en asocio con la Dimayor, Y la fundación Gol y Paz.
Desde 2011 a 2018, Nancy Murcia, logra vincularse con la Secretaría de Educación del Huila en varios municipios. En 2019, hace parte del programa Unidos por Niños Saludables de Nestlé, la corporación Juego y niñez en convenio con la Secretaría de Educación de Neiva.
De madre a abuela
En ese trasegar, nace el que llama su hijo varón, el nieto Ian Eduardo Galindo Murcia, quien la acompaña actualmente en donde se encuentra laborando.
“Es volver a la maternidad, con el amor de un pequeño, que actualmente tiene 6 años y que primero es una crianza diferente a la de una niña, toda una nueva experiencia para mí, pero con muchas recompensas como sus detalles, su compañía, entre otras. Solo le pido a Dios que me regale vida para verlo crecer como persona y como un ser útil a la sociedad”, expresó.
Crisis por accidente laboral
Por estos días en plena puesta en marcha del nuevo modelo de salud para los educadores, vive otra crisis por culpa de un accidente laboral; fue goleada accidentalmente por un alumno, con un frisbee en la cabeza, lo que la tiene con dolores de cabeza y mareos que le afectan el equilibrio.
“Esto lo considero una prueba más, ya que se dio en plena implementación del nuevo de modelo de salud para nosotros los educadores, eso fue el 25 de abril y hasta ahora estoy comenzando a tener soluciones como la realización de una tomografía; estoy esperando que me valoren por medicina general para que me remita al neurólogo y poder contar con un tratamiento integral”, expresó.
Pero por otro lado tiene la preocupación de los tratamientos base que debe realizar de por vida, eso aún, le ronda la cabeza y la tiene pensativa, ya que son medicamentos que no puede dejar de consumir y de paso tampoco puede dejar de hacerse los controles correspondientes.
Finalmente, Nancy Murcia, además de recordar otros caminos que ha recorrido dentro de la docencia, recuerda que no lo dudó cuando le ofrecieron trabajar con el programa Habitante de Calle, en tiempos de la pandemia. “Fue conocer historias de seres que tomaron decisiones que los llevaron al infierno de las drogas y la calle”. Por eso, invitó a saberse rodear y no aceptar cualquier tipo de propuesta que termine influenciando negativamente la vida de los jóvenes.
También dijo que le gustaría que no se quedara sin contar que ha sido víctima de discriminación y exclusión debido a la enfermedad al punto que no ha podido culminar una maestría en Inclusión, tema que le ha preocupado.
En el trabajo presente, ha ganado en Risaralda, a donde llegó a trabajar con la Secretaría de Educación, el premio Paisaje Cultural Cafetero y Arraigo a la Tierra; logró en 2022 el primer lugar con su grupo de estudiantes de la Institución Educativa en la que laboraba. Y en 2023 obtuvo el primer lugar en el Festival de aves de la Fundación Gailla.
A manera de reflexión, la licenciada Murcia Caviedes dijo que se debe ser maestro por vocación, y respetar y recuperar la profesión debe ser uno de los propósitos de la reforma educativa. “Es fundamental recuperar la educación física desde las primeras etapas de cero a siempre y la básica primaria, como materia fundamental para el desarrollo de los distintos aprendizajes en las demás áreas del conocimiento”, concluyó.