El cumpleaños de la capital del Huila es una grandiosa oportunidad para mirar el momento que vive la ciudad, el rumbo y los planes de la administración municipal para encontrar salidas a temas cotidianos, pero claves para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los neivanos.
Evidentemente, la ciudad ha sufrido importantes transformaciones, en especial durante las últimas tres décadas en materia económica, social, demográfica y urbanística. De las pocas calles y barrios alrededor de La Toma, la capital de los huilenses ha tenido un salto significativo en temas como zonas residenciales, complejos comerciales, oferta gastronómica.
Sin embargo, hay episodios y situaciones que frenan el progreso de Neiva. La ciudad debe apostarle como una de sus prioridades a la seguridad. La ola de atentados terroristas, extorsiones y hechos delictivos a los que se ha visto expuesta la capital huilense es un ‘palo a la rueda’ del desarrollo económico de la región. Ningún inversionista va a hacer negocios en una ciudad en la que reine la inseguridad. Tampoco ningún turista querrá visitar una región plagada de grupos ilegalmente armados.
Otro aspecto que vale la pena mirar con detenimiento en este cumpleaños de Neiva es la movilidad. Este es un problema que agobia a los neivanos en horas pico y que se ha agudizado por el deterioro de la malla vial. Con más motos y vehículos particulares en las calles, la ciudad necesita alternativas. Temas que podrían darle un ‘respiro’ vial a la ciudad como la Circunvalar de Oriente y el Sistema Estratégico de Transporte Público están en una ‘zona gris’.
La ciudad debe resolver otro aspecto importante como el desactualizado Plan de Ordenamiento Territorial.
Cuando un gobierno nuevo llega, la esperanza de que las cosas cambien para bien resurge. El alcalde German Casagua, con pocos meses al frente del Gobierno Municipal, no puede ser inferior a ese reto. Debe evitar a toda costa que el ‘elefante’ de la pereza estatal lo aplaste.