No solo con indignación sino con vergüenza debe ser recibido el informe de la ONG Front Line Defenders que muestra a Colombia como el país en donde más matan a defensores de derechos humanos.
Según esa ONG, el país concentró casi la mitad de los asesinatos mundiales de defensores de derechos humanos en 2023. Con 146 crímenes –prácticamente la mitad del total– Colombia encabeza la lista a nivel global, seguido por México con 30 asesinatos, Brasil con 24 y Honduras con 19. Nueve países de Latinoamérica suman el 79% de los casos.
De acuerdo con Front Line Defenders, la cifra global es la más baja desde el año 2017 y, aunque la de Colombia es menor que la de 2022, cuando se reportaron 186 asesinatos, representa el porcentaje más alto del total desde 2020, cuando estuvo por encima del 53%, mientras que en 2023 se ubicó en el 48%.
“Los defensores y defensoras de los derechos humanos de Colombia trabajan en un ambiente violento e inseguro, sometidos a amenazas, intimidaciones, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ataques físicos, actos de tortura, homicidios, allanamientos ilegales en sus hogares y oficinas y estigmatización, todo ello como consecuencia de sus actividades en defensa de los derechos humanos”, fue el reporte que le entregó recientemente al mundo la ONG.
El informe también revela que 49 mujeres y 14 miembros de la comunidad LGTBIQ+ fueron asesinados, con la población indígena siendo la más afectada, registrando 92 homicidios en países como Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Indonesia, Nicaragua, Paraguay, Perú y Filipinas. Además, 64 defensores del medio ambiente fueron asesinados.
La verdad es inmensamente frustrante que el país esté lejos de frenar este desangre. Es una evidencia más de cómo los grupos ilegalmente armados, varios de ellos cobijados por la política de ‘Paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro, siguen propiciando asesinatos, masacres, intimidaciones y toda clase de vejámenes en los territorios.