Ayer Neiva se despertó con la noticia de un atentado terrorista, luego de más de un mes de relativa tranquilidad tras la escalada de ‘bombazos’ que sacudieron a la ciudad durante el primer trimestre del año producto del acecho de las disidencias de las Farc y grupos delincuenciales presionando el pago de extorsiones.
Como es de conocimiento público, en la noche del martes pasado, dos sujetos desconocidos desde una motocicleta lanzaron un artefacto explosivos contra las instalaciones de “Pijaos Motos”, la concesionaria que comercializa motocicletas de la marca Suzuki en los departamentos de Tolima y Huila. La onda explosiva causó, principalmente, daños en vidrios del establecimiento.
Un video que circuló la misma noche del atentado terrorista muestra a los autores del ‘bombazo’ en el momento de prender el artefacto y arrojarlo contra el local comercial, ubicado en plena carrera Séptima con calle Quinta, en el centro de la ciudad.
El regreso de los atentados terroristas a Neiva deja al descubierto, entre otras cosas, que las disidencias de las Farc, a pesar de la serie de capturas que efectuaron en mayo las autoridades en varios municipios del Huila, continúan con las extorsiones a los empresarios y comerciantes. Se trata, específicamente, de una acción del Estado Mayor Central, como se autodenominan las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’, a través de la cual se sostiene, compra armas y financia su aparato criminal de dominio y expansión en varias regiones del departamento.
Por eso, es clave que las autoridades no bajen la guardia, en especial la Policía Metropolitana de Neiva a través de sus seccionales de inteligencia e investigación judicial, Sipol y Sijin. También es importante que las labores de vigilancia se mantengan en los horarios en los que lanzan los artefactos explosivos.
Las autoridades deben tener presente además que se acercan las festividades del San Juan y San Pedro, un motivo más para reforzar las acciones de seguridad.