Con la participación de 16 puestas en escena, se realizó ayer en Neiva, el Segundo Encuentro Departamental Cultural para Personas en Condición de Discapacidad en el marco del 63 Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro. Representantes de Neiva, Palermo, Rivera, Colombia, La Plata, Yaguará, Aipe e Isnos participaron en esta oportunidad.
Hernán Galindo
La tarima sampedrina del Centro de Convenciones José Eustasio Rivera de la ciudad de Neiva fue el punto de encuentro de los participantes en el Segundo Encuentro Cultural Departamental para Personas en Condición de Discapacidad.
A partir de la aprobación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en nuestro país se considera que: “La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.
En esta la versión número 63 del Bambuco en San Juan y San Pedro se hizo reconocimiento nuevamente a cada uno de los artistas del departamento del Huila, pero de manera especial se reconoció a las personas que muestran nuestro folclor sin importar su discapacidad física o intelectual, demostrándonos una vez más que todos tenemos las posibilidades de mostrar el amor por nuestro terruño.
Los protagonistas.
En el marco de este evento, el Diario LA NACIÓN encontró dos experiencias que queremos compartir con nuestros lectores.
La primera tiene que ver con José Ariel Perdomo, una persona que, siendo invidente, dirige un grupo de danzas en el barrio Alberto Galindo, en el norte de la capital del Huila.
Lo primero que aclaró el director de la agrupación folclórica que lleva su nombre, es que no es ciego de nacimiento, perdiendo la visión por desprendimiento de retina.
“Yo perdí la visión hace seis años y llevaba 25 años trabajando con las escuelas de formación, por lo que apenas estoy comenzando este proceso de dirigir como invidente en una oportunidad que nos da el Ministerio de Cultura a través de este encuentro y aquí estoy para empezar de nuevo”, dijo este hombre agradecido con Dios.
Unidos en el amor y el baile
Otra experiencia vivida es la de la pareja integrada por Mauricio Tovar, quien a sus 27 años, tras un accidente de tránsito en un acto de intolerancia, un sujeto le propinó un disparo en la columna, le lesionó la médula y lo dejó en silla de ruedas.
Su pareja es además su esposa, Erika Ortiz, con quien llevan 32 años y tienen dos hijos, ya profesionales. Erika manifestó que no hay impedimento alguno para entenderse en la danza, es algo que les fluye, “no hay ningún tipo de dificultad ya que desde antes siempre hemos bailado”, relató.
Ahora hacen parte del grupo, “Danzas sin límites para la vida y la paz”, en el que además de ellos, se integran otras cuatro parejas que viven una situación similar.
Con la presentación e interpretación de cada uno de los grupos que llegaron en esta oportunidad, quedó demostrado que las tradiciones y en especial nuestro Festival son motivo de unión y alegría.
Le puede interesar: https://www.lanacion.com.co/a-ritmo-de-sanjuanero-los-ninos-se-tomaron-las-calles-de-neiva/