En medio de las festividades de San Juan y San Pedro que se desarrollan en el departamento del Huila, han sucedido varios hechos de inseguridad que merecen la atención de las autoridades. A los homicidios que se han registrado en Pitalito, Campoalegre y Algeciras por estos días, se sumaron esta semana dos episodios graves: el doble crimen ocurrido en zona rural del municipio de Rivera y la incineración por parte de hombres armados de un vehículo de carga pesada en la vía entre los municipios de Hobo y Yaguará.
Las autoridades están en la obligación de disponer de un grupo de policías e investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía General de la Nación para esclarecer esta cadena de hechos que afectan la seguridad y tranquilidad de los huilenses.
En el caso de la quema del vehículo, las primeras informaciones apuntan a que se trata de disidencias de las Farc que buscan presionar el pago de extorsiones. Todo esto dentro de la gran afectación que está viviendo el departamento del Huila por el acecho de estos grupos ilegalmente armados que se fortalecieron durante el último año y medio bajo la ‘sombrilla’ de la política de ‘Paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro.
Frente al doble crimen registrado en Rivera, es necesario que las autoridades investiguen con celeridad y determinen si detrás de los dos asesinatos hay comprometidos miembros de grupos ilegalmente armados. La Policía, el Ejército, la Fiscalía y demás autoridades deben estar en alerta para evitar que la capital verde del Huila termine asediada o en manos de grupos armados organizados residuales o bandas criminales.
Cuando un grupo ilegalmente armado empieza a acechar una región, hay intranquilidad, la inversión privada se esfuma y el desempleo crece.