El reciente llamado al Concejo Municipal por parte del secretario de Gobierno de Neiva, José Ferney Ducuara, de pedirle cuentas a otras entidades para que respondan por la seguridad de la ciudad, abre un debate no solo interesante sino trascendental por la coyuntura que enfrenta la ciudad.
Durante lo corrido del año, los huilenses han vivido en ‘carne propia’ el retroceso que en materia de seguridad ha tenido la región por cuenta del acecho de las disidencias de las Farc, las extorsiones y los atentados terroristas, entre otros fenómenos delictivos. Neiva ha sentido el gran impacto del fortalecimiento de células de disidentes que encontraron en la política de ‘Paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro un ‘escampadero’. El mismo Gobierno lo ha reconocido.
Como es de conocimiento público, las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’ tuvieron finales de 2022 y todo el 2023 para expandirse, al punto, por ejemplo, que diezmaron a las disidencias de ‘Iván Márquez’ en el municipio de Algeciras. También desataron una ola de asesinatos selectivos, quema de vehículos, hostigamientos a unidades militares, desplazamientos forzados, reclutamiento de menores de edad, en varios municipios del Huila.
Tarde o temprano, semejante ‘monstruo’ iba a tocar a Neiva, poniendo en ‘jaque’ la seguridad de los habitantes de la ciudad.
¿Quién es el responsable de la seguridad de los neivanos? ¿Es la seguridad un asunto solamente del Alcalde o el Gobernador? ¿Solo la Policía y el Ejército deben proteger a los neivanos?
Evidentemente, la seguridad es un asunto de todos y esto involucra a fiscales, jueces, líderes gremiales, empresarios, académicos, líderes comunales y sociedad en general.
Cuando se trata de enfrentar la criminalidad, no debe haber mezquindades de ningún tipo. Tan necesaria es la prevención como la persecución sin ambages del delito. Es hora de pensar en un ambicioso plan que conlleve a que todos se comprometan con la seguridad de la ciudad.