La sociedad colombiana debe aplaudir que el país haya registrado en el 2023 la cifra de deforestación más baja de los últimos 23 años. Aunque se perdieron en las regiones 79.256 hectáreas de bosques, la cifra representa una reducción del 36% frente a las 123.517 hectáreas taladas y quemadas en 2022.
El país debe reconocer estas cifras como un logro porque son los números más bajos de deforestación desde que se llevan registros oficiales por parte de las autoridades ambientales.
Sobre esta reducción, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, ha explicado que “Es la cifra más baja producida desde que tenemos serie histórica en el país, desde el año 2000. Es, por primera vez, una cifra que se reduce sustancialmente y por debajo de las 100.000 hectáreas. Es un año realmente icónico en esta lucha contra la deforestación. Hemos identificado que hay una asociación directa entre la paz y el resultado de la deforestación, condiciones de paz generan reducción”.
Vale la pena resaltar que las reducciones más importantes se presentaron en Meta (-57%), Putumayo (-52%), Caquetá (-34%) y Guaviare (-27%), cuatro departamentos con una gran biodiversidad.
Al Gobierno de Gustavo Petro hay que reconocerle que su estrategia de darles incentivos a las comunidades que protegen los bosques, ha funcionado.
Sin embargo, –y así lo ha reconocido la propia ministra Muhamad–, este 2024 no pinta nada bien en la lucha contra la deforestación debido al ‘empoderamiento’ de las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’ e ‘Iván Márquez’. Estos grupos ilegalmente armados, en conversaciones de paz con el Gobierno Petro, están talando bosques a diestra y siniestra para desarrollar sus actividades ilícitas.
Sería lamentable para el Gobierno Nacional y para el país que semejante avance ambiental, se derrumbe por el deterioro de la seguridad.