La Nación
Surgimiento, decadencia y contumacia del imperio 1 7 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Surgimiento, decadencia y contumacia del imperio

El sometimiento, dominación y dependencia económico-geopolítica, las naciones de mayor desarrollo, las desarrollan y ejercen, sobre  naciones de menor desarrollo, con argucias, espejismos y amenazas, a través de señuelo, como  tratados de desarrollo, protección de la libertad, la democracia, créditos (FMI), acuerdos de cooperación y alianzas, etc.

Bajo ese tipo de espejismos, les imponen el modelo económico-político, y las controlan con sanciones económicas, acuerdos de cooperación y defensa, entre otros, tales como el Plan Colombia, defensa nacional, antinarcóticos, Usaid,  etc. Y en el presente, en ciernes, el Plan Marshal para Latinoamérica, planteado por el Comando Sur de E. U., para controlar la influencia creciente  de Rusia y China, en esta área del planeta. Siempre, en nombre de la solidaridad, la democracia, la libertad, mejor futuro.

En mayo 2024, Juan Gabriel Tokatlian, investigador argentino y profesor de Relaciones Internacionales, alertó sobre el pronunciamiento del  Comando Sur, de E. U. sobre América Latina.

Según él, “la histeria antisoviética y anticomunista que caracterizó el periodo de la Guerra Fría sigue viva en ante el ascenso de China”. Al respecto, citó la intervención de la comandante  Richardson ante el Congreso estadounidense en marzo de este año, 2024 durante la cual, pronunció la palabra “malicioso” 24 veces en referencia a las acciones de Pekín y Moscú en la región Latinoamericana.

Al mismo tiempo, al examinar los datos de cooperación en materia de defensa entre los países latinoamericanos, Tokatlian concluyó que los informes sobre una supuesta amenaza china son necesarios para que Washington aumente su propio gasto militar. Así, el Comando Sur solicitó un aumento de casi el 50% de su presupuesto para 2025.

De esa forma, bajo premisas y objetivos propios del imperialismo, los E. U., desde siempre,  han intervenido en el destino de naciones, quitando o imponiendo gobernantes, desestabilizando y asfixiando económicamente naciones, influyendo en la estructuración de marcos institucionales débiles y laxos, favorables a los propósitos y objetivos del mercado, circulación y explotación del capital transnacional.  Entre  otros, el Consenso de Washington. Sus acciones y efectos los padece  el planeta y en particular, Latinoamérica.

Con esos procedimientos y objetivos, los imperios se convierten en estados terroristas criminales, beneficiarios   y usufructuarios permanentes de la impunidad internacional. Con base en el poder y dominación alcanzada, Estados Unidos, goza de total impunidad. No ha sido juzgado y condenado por diversos genocidios y acciones criminales de lesa humanidad, perpetradas contra Cuba, Granada, Haití, Panamá, Chile, Brasil, Afganistán, Bolivia, Venezuela, Argentina, Yugoslavia, Irak, Vietnam, Libia, Siria, Irán, Corea del Norte, Yemen, China,  Rusia, entre muchos otros crímenes.

Y persiste en arrogarse el derecho de decidir sobre el destino de todas las naciones, cuyo modelo económico-político, consideren no favorable los intereses del imperio. Bajo la equivocada concepción del poder y dominio del mundo, los E. U., recientemente, con el gobierno de Trump, y la continuidad con el Sr. Biden, con contumacia y perversidad, insiste en imponer la decisión imperial en nuestro continente y el planeta, con el criterio  de “América para los americanos” (1823) y en el planeta con  el sofisma de “Estados Unidos primero”.

Frente al  evidente desarrollo y evolución global del modelo económico capitalista,  E. U., se empeña en  profundizar el dominio planetario y tutelar el destino y desarrollo de las naciones, y del planeta, en lo económico, político, militar  y social, en muchos casos, desconociendo acuerdos y tratados suscritos por sus antecesores y el derecho internacional. Es lo que está ocurriendo hoy, con la confrontación de EE. UU., la Unión Europea y Reino Unido, la OTAN, contra Rusia y China y lo que ellos mismos, comienzan a denominar el Sur Global, bajo la organización de naciones BRICS+.

Desde el gran reparto del mundo en Yalta (Churchill, F. D. Roosevelt, Stalin 1945), acto conque concluyó la Segunda Guerra Mundial, E. U., investido de poderes omnímodos,  ha logrado  amplio desarrollo, económico, científico, tecnológico, industrial, comercial, que le ha proporcionado indiscutible poder  geopolítico, económico  y militar. Los logros en conocimiento y tecnologías, le facilitaron acumulación de poder económico y político. Bajo  esas condiciones ha hecho efectivas sus ambiciones de  poder y dominio, político, económico-militar y ha sometido  y ha explotado a muchas naciones.

No obstante, con el paso del tiempo, ha tenido que  enfrentarse  a la competencia progresiva,   activa y efectiva de nuevos actores,  en el campo del conocimiento,  la ciencia, la tecnología, la producción, la industria, el comercio, y la competencia  indiscutible en el campo militar, como consecuencia de que la globalización económica impuesta por el Imperio Occidental, con fines comerciales y de dominio geopolítico, no pudo evitar la  globalización de la ciencia y el conocimiento tecnológico y científico, ni la apropiación del conocimiento, por parte de  naciones en desarrollo y en particular de las emergentes.

Son hechos evidentes,  que inercialmente están induciendo un replanteamiento de las relaciones internacionales entre nación, de redistribución de áreas de influencia, poder y mercado, entre naciones emergentes y en desarrollo. Eso implica indiscutiblemente redistribución del poder económico y geopolítico, entre naciones desarrolladas y emergentes, condiciones. Son hechos  que  explican  las tensiones político-económicas,  entre naciones u organizaciones de naciones, como está ocurriendo entre E. U, la  U.E, la ASEAN, China y Rusia, la India, África, México, entre otras. Tensiones  que pueden traducirse finalmente en  graves peligros para la convivencia global y hasta para la presencia de la vida en la tierra. Se evidencia en las confrontaciones, políticas, comerciales y militares, en curso, entre Rusia, la OTAN y Reino Unido y Estados Unidos a la cabeza del Imperio de Occidente, hasta hoy.

Las naciones que alcanzan considerables niveles de riqueza, poder y dominio geopolítico,  mantienen el propósito de aumentarlos y protegerlos, utilizando todos los medios de protección, incluidos los ilícitos. Son, en esencia,  motivos de confrontaciones entre sanciones, generalmente bajo auspicios directos o indirectos, de  E. U. Tal  como está ocurriendo actualmente,  contra Irán, Rusia y China, Venezuela, Cuba, etc., porque consideran que su crecimiento científico-tecnológico y/o posición política, interfiere o amenaza su poder geopolítico  hegemónico.

La  actual escalada belicista instrumentada de diversas formas, entre otras; mediante la aplicación de disposiciones y sanciones contra  Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán, Rusia y Corea del Norte, son consecuencia del creciente desequilibrio de poder y dominio geopolítico por los que atraviesa el imperio americano, que lo hace concluir a E. U. y a analistas económicos y políticos, que los días del apogeo imperial de E. U., y sus aliados, irremediablemente fueron superados.

Son hechos económicos, geopolíticos, de seguridad nacional,  de grave impacto global, para todas  las naciones.  Sus  gobernantes, dirigentes  y ciudadanos en particular, deben analizar y entender los hechos globales, para la proyección y planificación del desarrollo interno de cada nación, de manera que puedan orientar,  articular y desarrollar  sus relaciones internacionales y desarrollo interno nacional,  dentro del contexto global  y de esa manera participar de los beneficios del crecimiento económico mundial, de las decisiones y efectos geopolíticos y de  los resultados  de la evolución y globalización del conocimiento, la ciencia y la tecnología y defensa de la soberanía de cada nación.

La presente confrontación política-económica de EE. UU y sus aliados, contra Rusia y China, debe  resolverlos y definirlos, acorde con directrices y objetivos, acordes con un Nuevo Orden Económico-Político Multipolar, que garanticen real soberanía, de cada una de las naciones del planeta.