Los inversores han dado la alarma ante el temor de una recesión en la economía de Estados Unidos, lo que provocó un desplome generalizado en los mercados financieros de Asia, Europa y América. Este desencadenante se produjo tras un informe laboral preocupante, que reveló una desaceleración en el empleo y una tasa de desempleo que alcanzó su máximo en casi tres años.
Los inversores han apretado el botón de pánico ante la posible entrada en recesión de la economía de Estados Unidos, lo que ha deparado una sesión de fuertes pérdidas en los parqués de todo el mundo.
En medio de esa incertidumbre, las bolsas de Asia, Europa y el país norteamericano se desplomaron ayer lunes, algo que sorprendió a quienes confiaban en la solidez de la economía estadounidense.
La vorágine comenzó con un informe publicado el viernes que refleja las cifras de empleo en EE.UU. El análisis mostró una desaceleración del mercado laboral mayor de lo que se esperaba, con una tasa de desempleo que subió en julio a 4,3%, un máximo en casi tres años.
Sumado al aumento del paro, los empleadores estadounidenses crearon 114.000 puestos de trabajo en julio, cifra muy por debajo de los esperados 175.000 nuevos empleos. Las malas noticias sobre el mercado laboral en EE.UU. reavivaron los miedos de que se produzca una recesión económica, amenaza que estaba fuera del debate público y que, de un momento a otro, desató una tormenta.
Una potencial caída
Muchos inversores, que estaban optimistas por la fortaleza de la mayor economía del mundo para resistir altas tasas de interés sin una contracción económica, quedaron decepcionados y se abrieron a la posibilidad de una potencial caída en el crecimiento económico.
Esta percepción negativa tomó fuerza luego de que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (equivalente al banco central de otros países) diera señales de mantener las tasas de interés hasta septiembre, un escenario que le agregó más hielo al enfriamiento económico.
“La Reserva Federal puede haber retrasado los recortes de tasas de interés demasiado tiempo, arriesgándose a provocar una recesión”, comentó en una nota Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth.
Un recorte en las tasas de interés significa que es más barato pedir dinero prestado, lo que, en teoría, debería actuar como un impulso para la economía. La duda es si aún existe un margen de maniobra suficiente como para estimular la economía y darle un empujón al crecimiento.
Sin embargo, algunos bancos de inversión, como Goldman Sachs, estiman que la debilidad mostrada por el empleo en julio podría corregirse en agosto. Es decir, que no hay que alarmarse tanto.
Temor
El temor a una posible recesión hizo que muchos inversores vendieran sus acciones rápidamente, afectando a varios índices bursátiles, los cuales funcionan como una especie de termómetro que mide la salud del mercado.
En Estados Unidos, el índice S&P 500, que refleja el valor de las acciones de las 500 empresas más grandes del país, bajó un 4% en las primeras horas de la mañana de ayer, y el índice Dow Jones perdió 1,197 puntos, similar a una bajada de 3%. El Nasdaq, que agrupa a las compañías tecnológicas, también sufrió una fuerte caída del 5.5%, mientras que en Europa el Ibex 35, el principal índice de mercado llegó a caer un 3%, en su peor jornada desde marzo de 2023.
Caída de la bolsa japonesa
Pero el país que registró la peor de todas las caídas fue Japón, con un histórico desplome del índice Nikkei de 12,4%, la más fuerte baja desde 1987. El desplome de la bolsa japonesa fue detonado por una rápida subida del yen en los últimos días, luego de que el Banco de Japón (equivalente al banco central) subió las tasas de interés a fines de julio.
La subida de la moneda, que ganó un 13% contra el dólar, castigó a los inversores que se endeudaban en yenes para invertir en otras partes del mundo, aprovechando el diferencial de las tasas de interés entre Japón y otros países, una estrategia conocida como el carry trade.
*Fuentes: BBC en español.