Luego de días de intenso calor y las calamidades por graves incendios forestales, el Huila empieza a enfrentar ahora las primeras emergencias por la época de lluvias, que según las autoridades meteorológicas, se extenderán hasta finales de este año.
Nos estamos refiriendo a la segunda temporada de lluvias, que pueden ocasionar emergencias por derrumbes en los municipios de Algeciras, Campoalegre, Colombia, El Agrado, El Pital, Garzón, Gigante, Íquira, La Plata, Nátaga, Neiva, Oporapa, Palermo, Pitalito, Saladoblanco, San Agustín, Isnos, Tarqui, Tello, Teruel, Timaná y Yaguará.
También se pueden registrar crecientes e inundaciones en Baraya por la quebrada La Nutria, en Campoalegre por el Río Frío, en Colombia por el río Ambicá, en Guadalupe por la quebrada La Viciosa, en Isnos por la quebrada La Chorrera, en La Argentina por los afluentes La Pedregosa y El Pueblo, en La Plata por la quebrada Zapatero, en Neiva por el río Las Ceibas, en Rivera por la quebrada río Frío, en Teruel por el río Pedernal y en Timaná por el río Timaná.
Estas advertencias que provienen de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del Huila deben tomarse en serio por parte de las autoridades municipales y las mismas comunidades.
En los municipios, por lo general, todos saben cuáles son las regiones propensas a anegaciones o a derrumbes y conocen en detalle sus propias problemáticas cada vez que llueve. Por eso es clave que se eche un vistazo urgente a las zonas de riesgo de los pueblos y se adopten las medidas a que haya lugar. Esto, por supuesto, incluye a la misma población para que acate las recomendaciones de las autoridades.
También es imperioso que los alcaldes, como primeros responsables ante una emergencia o hecho de calamidad, dispongan de los recursos económicos necesarios para fortalecer sus cuerpos de bomberos.
Todo lo que se pueda hacer en materia de prevención, es bienvenido. Es hora de actuar.