Quizá un poco tarde, pero ojalá a tiempo de evitar el desastre faltando solo siete fechas de la Liga Postobón, la Junta Directiva del Atlético Huila decidió ayer la salida diplomática del técnico Javier Álvarez, encargado de esta dura tarea a uno de la tierra, que lleva casi toda su vida aportando y aprendiendo del fútbol regional, el giganteño Virgilio Puerto, y que hace parte de buena parte de la historia del mismo club profesional.
En primer lugar, como lo dijimos cuando Álvarez asumió el cargo en remplazo de Álvaro de Jesús Gómez, el estratega caldense tenía el enorme reto de superar su fracaso anterior con los opitas. Y ese nivel de confianza, nuestro, de la hinchada y de los dueños del equipo, se fue deteriorando a niveles insostenibles desde hace varias fechas; de las recientes seis fechas solo obtuvo 2 de los 18 puntos posibles y la posición en la terrible tabla del descenso no es peor gracias a que Quindío y Cúcuta lo están haciendo peor o igual que los huilenses. Solo separan al cuadro opita un punto del penúltimo y dos puntos del último en esa incómoda clasificación. Por ello planteamos que se demoraron los socios accionistas en tomar la determinación y buscar una salida decorosa al año 2013, pensando por supuesto en que la prioridad es evitar el descenso y arrancar el 2014 en mejor colocación.
En segundo lugar, la presencia de un técnico de la tierra debería generar un marco general de respaldo y solidaridad regional que le permita tomar decisiones rápidas, drásticas y efectivas. En estos momentos no caben las dilaciones ni las esperas; solo restan siete jornadas y cualquier postura debe comenzar este mismo fin de semana; que se vayan los jugadores que tengan que irse, que se quede con aquellos de buen rendimiento y comprometidos con la causa de evitar la caída a la B. Virgilio Puerto tiene ante sí el mayor reto de su vida deportiva, y si bien le va el 2014 podría ser el de su consagración plena. Ese es el panorama que se le presenta. Confiamos en que logre enderezar este barco desvencijado y con una tripulación desorientada.
Y en tercer lugar, la esquiva afición. Ni cuando el equipo estuvo peleando primeros lugares hace un par de años ni ahora, en las malas, los hinchas han llenado el estadio y ni siquiera se han acercado a ello. Se requerirá una buena dosis de mercadeo, de sentimiento regional y de una campaña que los medios podemos motivar para que el Plazas Alcid se convierta en un fortín y en la dosis de adrenalina que estimule a los aficionados a llenarlo. Si no lo hacemos ahora, lamentaremos durante por lo menos un año el no estar en la gran Liga; véase no más a los hinchas del América acudiendo en masa a respaldar a su equipo, mucho más que cuando estaba en la A.
Bienvenido el cambio, bienvenido Puerto como capitán – coincidencia –encargado de llevar al Atlético Huila a un lugar seguro.
destacado
“Virgilio Puerto tiene ante sí el mayor reto de su vida deportiva, y si bien le va el 2014 podría ser el de su consagración plena”.
EDITORIALITO
Muy bien el pronunciamiento del Concejo de San Agustín, al respaldar sin reservas, el trasladado de 22 piezas arqueológicas para una exposición itinerante en el Museo Nacional de Colombia. Otra voz de apoyo que se suma a la del alcalde Edgar Martín Lara exaltando el homenaje a la cultura agustiniana. ¡La comunidad tiene la palabra!