Tienen derecho a hacer lo que les antoje para ganar las elecciones de octubre. Igual, copian, en algunos casos, de pasadas campañas que no fueron ajenas a la confusión mediática para tratar de ganar réditos políticos. Sin embargo, que no atenten contra la inteligencia de los neivanos. Pagar por las publicaciones de encuestas amañadas y confusas en redes sociales y medios regionales no es una buena estrategia. LA NACIÓN publicó una única encuesta del Centro Nacional de Consultoría, pero algunos candidatos han optado por publicitar en el mismo medio otras mediciones que tienden a confundir al elector. Claramente, quien lee la letra menuda, entiende que son pagas por las campañas políticas y nadie invierte un dinero para que hablen mal de él. Por eso, no les creo un ápice y en octubre próximo estos sondeos quedarán en entredicho cuando los neivanos y huilenses escojan entre quienes compiten por el primer y segundo puesto a la Alcaldía de Neiva y Gobernación del Huila, según el CNC. Los candidatos le tienen tanta fe a la medición del Centro Nacional de Consultoria que quienes ganaron en esta oportunidad exaltaron la medición que contrató LA NACIÓN. Y los que no, amagaron con suspender la pauta publicitaria como si el medio tuviera su propio candidato. Rodrigo Lara Sánchez se molestó por los recientes resultados y cruzó mensajes críticos cuestionando la medición y hasta propuso contratar a otra encuestadora, como si el medio no tuviera criterio. Lo paradójico es que hace mes y medio, cuando él encabezó la encuesta del Centro Nacional de Consultoría, la medición era perfecta y la firma encuestadora era “reputada”. Rodrigo Villalba no se queda atrás. En la primera medición, cuando perdió frente a Lara, la campaña del líder liberal por poco destroza a LA NACIÓN. Aparecieron estadísticos empíricos y expertos en análisis de datos, cuestionaron al CNE y le restaron importancia a la medición. El fin de semana pasado, cuando Villalba- el más dolido con la pasada medición-, quedó de primero y aventajó a Lara Sánchez, ahí si les encantó el resultado, quemaron voladores y le restregaron en la cara la encuesta a todos sus opositores. El candidato Edwin Valencia convocó rueda de prensa para hablar mal de los resultados. Él cree que porque lleva la chapa Centro Democrático, le votan. Que alguien le diga que no lo conocen ni siquiera la totalidad de directivos de su partido en Bogotá. Olvidan que la encuesta mide el momento y que los resultados se deben aceptar con altura. En Neiva, algunos niñatos que hoy son candidatos, retiraron la pauta publicitaria a LA NACIÓN por los resultados. Olvidan que para ser alcaldes hay que ser reconocidos en todo Neiva, que la ciudad tiene más de 400.000 habitantes y que no se puede aparecer un día y ser alcalde el otro. Lo preocupante es que desde ya están demostrando de qué están hechos y están poniendo en evidencia su nivel de cólera y sensibilidad. En otras palabras, el día que no les guste una publicación, se enfadan y hasta se atraviesan a los proyectos de los medios. O pregúntele al caprichoso Luis Enrique Dussán. Gobernó cuatro años en el Huila y no maduró frente al tratamiento con la prensa. Por fortuna, pocos se arrodillaron ante sus delirios.
Nota uno: Alguien sabrá por qué terminaron enfrentados Rodrigo Villalba y Víctor – el Chato- Vargas, candidato a la Alcaldía de Campoalegre. Eran bien cercanos, pero algo ocurrió. Hoy el Chato respalda a Rodrigo Lara Sánchez. Y, al liberal le tocó empujar la campaña de Carlos Cuéllar a la alcaldía de la capital arrocera.