A reconstruir la vivienda desde las cenizas

El pasado 23 de marzo en la vereda la Palma del municipio de Gigante se presentó un incendio ocasionado por una descarga eléctrica, que consumió la vivienda de la familia Romero Cabrera. Salvaron sus vidas, gracias a que se encontraban fuera de la casa.  Ahora recurren a la solidaridad para reconstruir la vivienda que levantaron con mucho esfuerzo. Esta es su historia.

Hernán Galindo

temadeldia@lanacion.com

Era la madrugada del sábado 23 de marzo, víspera del Domingo de Ramos que abre la programación de la Semana Santa para la Iglesia Católica, Gustavo Romero Rojas y Dora Sofía Cabrera González, se encontraban en los preparativos para la procesión de ese día en la vereda la Palma del municipio de Gigante.

Su tranquilidad fue interrumpida por llamado de sus vecinos que les avisaron que su vivienda estaba siendo consumida por un incendio.

Las causas de la conflagración son materia de investigación, ya que en esa oportunidad se registró un cambio repentino de energía debido al salto de los tacos en un transformador frente a la vivienda.

Corrieron al lugar, pero al llegar encontraron que las llamas ya habían consumido su vivienda y todo lo que habían construido a lo largo de cerca de 20 años de trabajo con mucho esfuerzo. Era casi la mitad de sus vidas. Allí además criaron a sus hijos y ahora, camino a ser adultos mayores, disfrutaban de la presencia de los nietos.

“Gracias a que en esos momentos no nos encontrábamos en la casa, no hubo pérdida de vidas, estábamos en un retiro espiritual, en los preparativos de la Semana Santa en la Parroquia de Nuestra Señora de Aránzazu. Cuando nos informaron nos encontrábamos en el templo y de inmediato regresamos, pero cuando llegamos todo se había consumido”, relató Gustavo Romero, un hombre de 58 años de edad.

 

Gustavo, junto a su esposa Sofía Cabrera, levantaron la vivienda en la que criaron a sus hijos y al llegar solo encontraron cenizas. Además de la pérdida de la casa, se perdieron todos los enseres, entre ellos algunos elementos necesarios para sus labores del campo. Se quedaron con lo que tenían  puesto.

Gustavo y Sofía, se dedican a cultivar la tierra, básicamente al cultivo de café. Se conocieron en un bailadero, recuerda Gustavo. “Cuando salí del Ejército, me fui a un bailadero y desde que la vi me enamoré de ella, la saque a bailar, la invité por allá a comer al parque, luego seguimos hablando y así fue que nos conocimos”, relató emocionado al recordar.

Duraron dos años de novios, se casaron y vinieron los hijos, que como ellos tienen vocación y amor por el campo. “Ellos fueron los que me ayudaron a levantar la casita”, dijo Gustavo Romero, protagonista de esta pérdida junto a Sofía.

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Una pequeña juega inocentemente sin dimensionar la tragedia.

La hija Isabel

Isabel Romero Cabrera, hija de la pareja, fue quien contó un poco más sobre la tragedia, sus padres y sus hermanos. “Somos cuatro hijos, mis tres hermanos y yo”, dijo María Isabel.

Mis hermanos son, Cesar Augusto Romero Cabrera, que es docente, Carlos Alberto, que se dedica a las labores del campo, y Gustavo Adolfo, que trabaja con una Petrolera en el Casanare, agregó.

Indicó que el día de la conflagración, ella y dos de sus hermanos se encontraban en Neiva, por lo que la noticia los tomó por sorpresa, igual que a los padres.  De paso le embarga la nostalgia por los recuerdos sobre la manera como entre todos fueron levantando la vivienda, junto a los padres, de poco, como lo hacen las muchas familias para poder tener un techo propio.

“La noticia nos produjo una inmensa tristeza, por todo lo vivido, por los recuerdos, fue una casa hecha a pulso por mi papá, comenzó por los pisos, él

 

Cargaba agua, el barro, nosotros le ayudamos a cargar y a cubrir las paredes, fue a pulso, con sacrificio, ese es el recuerdo más duro para todos”, contó.

Agregó que, pensando en reconstruir la casa, sus padres no se fueron para el pueblo. Arrendaron dos piezas por ahí cerca al lugar donde quedaba la vivienda, que se quemó.

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Los esposos Romero Cabrera con sus hijos. Foto tomada un mes antes de la conflagración
La solidaridad para reconstruir 

Gustavo Romero y su familia, están agradecidos con las personas residentes en la vereda, por la solidaridad y por acogerlos. Pero hacen un llamado para que les ayuden a reconstruir su casa.

El afligido hombre, desde las cenizas en donde se ubicaba, la que un día fue su residencia, relató que calcula las pérdidas en unos 100 a 150 millones de pesos, porque además de la vivienda se perdieron un par de motosierras y otros elementos que utiliza para sus labores en la parcela.

“No solo perdí yo, sino mi hijo que trabaja en el llano, porque él había invertido una plata y con la casa, los enseres, tenía dos neveras y todo, perdimos hasta la ropa, nos quedamos con lo que teníamos puesto”, agregó.

Se mostró además de agradecido con los vecinos, con la presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda, el comité de trabajo de la misma junta, el párroco de la Iglesia de la Virgen de Aránzazu, “Todos han sido muy solidarios, ellos limpiaron el lote”, expresó.

Agregó que se han sumado los bomberos, la gente del hospital, la Alcaldía, “No tengo queja alguna”, indicó Gustavo y manifestó que ha podido seguir trabajando, gracias a que no se afectó el secadero de café y están recogiendo algo de la cosecha por estos días.

Finalmente, invocó la solidaridad de las personas que les quieran aportar para la compra de materiales y el trabajo de reconstrucción de la casa que piensan hacerla en bareque, como fue originalmente.

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Los vecinos han colaborado en la limpieza del lote.

Los aportes los pueden consignar a la cuenta Nequi, al número 3114883926.

Una de las voces solidarias ha sido la del Expersonero de Gigante y actual personero en Tesalia, Jonathan Ramos, quien ha estado al tanto de la familia Romero Cabrera.

Trabaja desde la distancia y cuando puede, de manera presencial, en esta causa noble de recuperar la vivienda de la familia, Romero Cabrera, que lo perdió todo en la madrugada del 23 de marzo.

En cuanto a los hechos acaecidos en la noche y madrugada del 23 de marzo, “es sin duda una situación lamentable para la familia Romero Cabrera oriundos de la vereda, La Palma del municipio de Gigante Huila, puesto que lamentan que en la madrugada de ese día se haya saltado la energía de tal manera que se generó un incendio que consumió la vivienda construida en bareque, con unas estructuras que se mantenían en buen estado”, dijo.

Y lanzó una invitación a toda la comunidad en general, a las personas de buen corazón para que concurran y que puedan apoyar y ofrecer una mano amiga, extender esa ese acompañamiento y esa solidaridad.

“Desde este punto de vista, como ex personero del municipio de Gigante, he tomado la iniciativa de invitar a todos aquellos que queramos contribuir con esta noble causa y así, entre todos, logremos reconstruir la vivienda de esta familia que tantos años ha luchado por mantenerse unida”, agregó.

Expresó que es lamentable que una familia que tantos años ha conservado sus enseres y su patrimonio, ahora debido a una situación y un hecho de la naturaleza, haya sufrido un deterioro y una pérdida que queremos recuperar.

“Entonces debemos unirnos para recuperar una parte de lo que ha perdido esa familia, que se dedica al cultivo de café de cacao y de la agricultura propiamente y   a través de estas labores ha sacado adelante a sus hijos, que hayan podido estudiar y hasta recibir una formación en una educación superior”, dijo.

“Son una pareja, ya de adultos mayores, los esposos tienen una edad, de entre los 55 y 60 años, el señor Gustavo y la señora Diana Sofía, que son, los dos cabezas de familia de este hogar, tienen cuatro hijos, refirió.

 

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