Yolanda Zambrano de Rojas falleció a los 101 años de edad. Su legado incluye una serie de cargos públicos y un compromiso sólido con el servicio comunitario. “Fue una mujer dotada de una elocuencia excepcional”, la describen.
A sus 101 años de edad, murió la señora Yolanda Zambrano de Rojas, dejando un legado de dedicación al servicio público que marcó profundamente al departamento del Huila.
Dotada de una elocuencia excepcional y una comprensión aguda de los principios liberales, Yolanda Zambrano escaló los peldaños de la política, ocupando varios cargos públicos con distinción. Desde su elección como concejal de Neiva por el Partido Liberal entre el año 1964 – 1970, sirviendo tres períodos, hasta su papel como secretaria General del Partido Liberal en Huila y su posterior desempeño como diputada en la Asamblea del Huila en los años 1972 a 1976, su legado político es innegable. Además, fungió como suplente en la Cámara de Representantes, en representación de la mujer liberal del Huila, en la línea de Doña Belén Gutiérrez de García.
Mientras familiares y amigos la despidieron con pesar, encuentran consuelo en el recuerdo de una vida dedicada al servicio desinteresado.
“El legado de mi querida madre para el departamento del Huila fue su inquebrantable servicio. Durante cuarenta años, entendió la política como una oportunidad para servir a la comunidad, y así lo hizo desde los primeros días en el Partido Liberal“, compartió su hijo, Carlos Eduardo Rojas Zambrano.
Quienes la conocieron la describen como una mujer dinámica, emprendedora y cariñosa, capaz de conectar profundamente con la gente. Su legado trasciende a través de los recuerdos felices y afectuosos que deja en las personas y comunidades a las que tanto ayudó, especialmente a las mujeres.
“Muchos me han dicho que mi madre fue una figura de gran importancia en el Partido Liberal, y no exageran“, afirmó su hijo, reflejando el impacto perdurable de Yolanda en la política y en la vida de quienes la rodeaban.
Las honras fúnebres se llevaron a cabo el día de ayer en la iglesia Santa Teresa de Calcuta del barrio Ipanema de la ciudad de Neiva, Huila, donde se ofreció un acto religioso en su memoria y posteriormente fue llevada al cementerio Jardines del Paraíso, para su eterno descanso.