La Defensoría del Pueblo ha llamado la atención por estos días sobre la importancia de donar sangre, necesaria para asegurar su disponibilidad en centros asistenciales y clínicas del país. La sangre que se dona ayuda a personas que han perdido sangre en un accidente, calamidad o que tienen una enfermedad grave.
El llamado es relevante si se tiene en cuenta que en el 2023 fueron recibidas 830.000 unidades de sangre en Colombia, de acuerdo con un reporte del Ministerio de Salud, y se requieren 1.6 millones al año para cubrir las necesidades transfusionales.
El 52,6% de los donantes fueron hombres y el 47,4%, mujeres. El 22,1% fueron donantes habituales, es decir, personas que donan al menos dos veces al año, y el 77,9%, nuevos donantes. Los lugares donde más donan las personas son la capital del país, Bogotá, y los departamentos del Tolima, Santander, Atlántico y Cesar.
Con toda razón, la entidad defensora de los derechos humanos está pidiendo adelantar campañas pedagógicas e informativas y reforzar las acciones de concientización y promoción en la ciudadanía sobre la importancia y la necesidad de donar sangre periódicamente y de manera voluntaria no remunerada en todas las regiones del territorio colombiano.
Las transfusiones de sangre y sus derivados son vitales como componente del derecho a la salud de los colombianos. Su acceso oportuno contribuye a mejorar significativamente la calidad de vida de pacientes con variadas enfermedades, incluidas las potencialmente mortales, como el cáncer, trastornos de la coagulación, enfermedades del sistema inmunológico, de trastornos hematológicos, entre otras.
Además, juega un papel esencial durante el embarazo, la atención materno-infantil y la respuesta a diferentes tipos de emergencias y accidentes. Por lo tanto, donar sangre es un acto de solidaridad que puede cambiar la vida de aquellos que enfrentan difíciles condiciones de salud y salva un importante número de vidas cada año.
Donar sangre es un acto de generosidad.