El Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Yury Fedotov, anunció en Viena un nuevo proyecto de cooperación hasta por 315 millones de dólares entre UNODC y el Gobierno de Colombia, para monitorear la política nacional de reducción de cultivos ilícitos y fortalecer el desarrollo rural integral como puntos cruciales en la construcción de paz.
“Este acuerdo histórico es una oportunidad única de cambiar el curso y ayudar a los cultivadores de coca a adoptar iniciativas de desarrollo alternativo”, expresó hoy el Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Yury Fedotov.
Fedotov hizo estas declaraciones luego de anunciar en Viena un nuevo proyecto de cooperación hasta por 315 millones de dólares entre UNODC y el Gobierno de Colombia, para monitorear la política nacional de reducción de cultivos ilícitos y fortalecer el desarrollo rural integral como puntos cruciales en la construcción de paz.
“Felicito al Gobierno colombiano no solo por sus incansables esfuerzos para lograr la paz, sino también por su empeño en idear soluciones tangibles a los crímenes que incentivan el conflicto”, indicó Fedotov.
Fedotov reafirmó el apoyo de UNODC a la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia, particularmente en el punto cuatro, que atiende el problema de las drogas ilícitas.
Por su parte, el Alto Consejero para el Posconflicto de la Presidencia de Colombia, Rafael Pardo Rueda, manifestó: “Hoy venimos a Viena, a pocos días de que se cumpla el primer año de una Colombia en paz, con un mensaje de esperanza: estamos trabajando en la construcción de oportunidades. Lograr una solución al problema de las drogas ilícitas comienza por atacar de manera frontal las organizaciones criminales, poner en marcha programas sostenibles e incluyentes, así como buscar alternativas para otorgar tratamientos penales diferenciados”.
El Alto Consejero Presidencial destacó además la experticia de UNODC en el desarrollo, implementación, monitoreo, seguimiento y evaluación de la política de reducción de cultivos y la experiencia acumulada de intervenciones territoriales a través de programas de desarrollo alternativo. Resaltó que este proyecto es un nuevo capítulo en la historia de la alianza estratégica entre UNODC y Colombia.
UNODC ha sido un fuerte aliado en las actividades que adelanta el Gobierno colombiano para empoderar a las comunidades y que desistan voluntariamente de los cultivos ilícitos. El nuevo proyecto acentúa el compromiso y está basado en el trabajo que por décadas ha desarrollado UNODC con comunidades que siembran cultivos ilícitos en otros países.
El desarrollo alternativo, entendido como el proceso de estímulo a los campesinos para que transiten a cultivos lícitos como el cacao, el café y las especias, es un pilar fundamental en la estrategia internacional para el control de drogas. UNODC ha implementado este tipo de programas por más de 30 años.
Desde la adopción de la Agenda 2030, UNODC ha señalado el desarrollo alternativo como la estrategia para mejorar la calidad de vida de las personas y ayudar a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Actualmente UNODC apoya programas de desarrollo alternativo en seis países: Afganistán, Bolivia, Laos, Myanmar, Perú y Colombia. En Colombia, el 65 por ciento del trabajo ejecutado por UNODC está relacionado con esta estrategia.
La cocaína fue una de las principales fuentes de financiación del conflicto armado en Colombia. El más reciente estudio sobre territorios afectados por cultivos ilícitos en Colombia adelantado por UNODC encontró que actualmente en el país existen 146.000 hectáreas cultivadas con coca.