No me sorprenden los ataques de Petro y Laura Sarabia a María Jimena Duzán. Era de esperarse en un Gobierno que cada día demuestra que no representa ningún cambio, ni mucho menos es democrático.
Ante estos graves hechos no podemos asumir posiciones pasivas. Amenazar una periodista con demandas o llamarla “miembro de la mossad”, es un ataque de frente a la libertad de prensa y opinión; no son sensibilidades extremas, que un Presidente se exprese de esa manera porque una periodista pida explicaciones a su mano derecha o que esta responda con intimidaciones a través de demandas no es un chiste, es una burda manera de asustar a quien está en todo su derecho de exigirles respuestas por sus actuaciones en el manejo de lo público.
No conozco personalmente a María Jimena Duzán, pero he leído permanentemente sus columnas, algunos de sus libros hacen parte de mi biblioteca, le tengo profunda admiración por sus capacidades periodísticas y su rigurosidad investigativa, y ante todo, porque ha demostrado hasta la saciedad su decencia, esto último es más que suficiente para expresarle mi respaldo en esta columna.
No soy pariente de Federico Gómez Lara y su madre, Patricia Lara, al primero no lo conozco personalmente, a Patricia sí, en algunos momentos ha sido cercana a mi familia, también les reconozco su independencia y decencia, suficiente también para respaldarlos a ellos y a Cambio Colombia.
A Petro, Sarabia y sus obsecuentes seguidores no les gusta que alguien los cuestione. En su inadecuada concepción de la realidad creen que las cosas son blanco o negro, para ellos no existen intermedios, todo aquel que los controvierta es su enemigo y merecedor de insultos. Igual que Uribe y sus partidarios que en su momento hicieron lo mismo y fueron fuertemente criticados por la extrema izquierda que hoy calla ante los excesos de su Presidente.
Esto de escribir artículos de opinión no es fácil, los columnistas no somos aduladores de oficio, al contrario, tenemos que ser esencialmente críticos, esa es la razón de ser de este oficio que hago por afición y con pasión, sin que sea mi medio de vida. No esperamos aplausos o reconocimientos, escribimos lo que pensamos, a algunos les gusta, a otros no, eso es normal en un mundo tan diverso.
No está sola María Jimena como bien lo afirma la revista Cambio, somos muchos los colombianos que le reconocemos su trabajo y la respaldamos para que siga adelante, si al gobierno le molestan sus indagaciones es porque algo están ocultando y saben el riesgo que corren por las investigaciones de una periodista independiente.