Se han visto últimamente entrevistas y comentarios periodísticos despectivos sobre la gestión que adelanta el joven presidente de la Asamblea del Huila, Sergio Younes Rincón, el mismo que ha propuesto la conformación de una gran alianza por encima de las consideraciones partidistas para consolidar la región que tanto soñamos los opitas, invitando a un “Acuerdo sobre lo fundamental”, como lo propusiera al país el inmolado pensador Álvaro Gómez Hurtado. Me ha resultado grato observar en este singular diputado, su decencia, firmeza, convicción, elocuencia y tesón, haciendo el llamado a la unidad que supone dejar atrás confrontaciones desprovistas de contenido y convocar a las más éticas inteligencias para construir un departamento en el que se procure un mañana emprendedor. No se ha enredado este corajudo líder en la proclive trapisonda, y ha tomado, incluso, distancia de su Partido cuando así lo ha considerado, como ocurrió cuando se apartó del Ejecutivo Departamental en las leoninas facultades que pretendía se le aprobaran. Es claro, entonces, que Younes no tiene puesta apenas la mirada únicamente en la Duma, si no en el mejor devenir para la entrañable comarca. No obstante, cuando incursiona con decisión se le ha pretendido obstaculizar. Se percibe el interés expreso de ciertos grupos al interponerse ante su voluntad de trabajo. Hay, pues, la intención de desprestigiarlo haciendo uso de la crítica malsana que raya en la procacidad. Preciso: Al revisar los cuestionamientos de sus críticos se percibe la ausencia de una discusión de fondo, y, en cambio, sí la evidente presencia de celos del orden personal. Los autores en el ejercicio banderizo no entienden que la política, ¡no politiquería!, es un rio que nunca deja de correr y que la vida pública es una puerta giratoria donde unos salen y otros entran. No se han conocido, por tanto, criticas serias sobre sus planteamientos; solo opiniones con calificativos peyorativos donde la queja es que Younes Rincón les resulta figurativo porque, como pocos, tiene aspiraciones legítimas de fecunda prospectación, y útil, ¡por supuesto!, para la comunidad, sin excepción. Luego no se debe hablar de plagio de documentos, cuando lo que se trata es de aplicar lo bueno de un sector territorial, independientemente de quién y cómo se use, más aún, cuando las corporaciones públicas de Colombia tienen las mismas competencias y operan en similares circunstancias. Por último mí estimado Sergio. El exceso de responsabilidad no es conveniente. Todo tiene su límite. Ello conlleva gravísimas consecuencias para la salud. Origina el estrés y los mortales infartos. Sigue adelante con calma promisorio amigo, que los huilenses te necesitamos por muchísimo tiempo.