Desde niño, en casa, he aprendido que el trabajo dignifica al ser humano; mi crecimiento en el mundo de la academia y en el mundo laboral, ha estado marcado por un mejoramiento continuo: lo que hoy hice bien, mañana lo puedo hacer mejor. Definitivamente he ido entendiendo que se aprende más de los errores que de los éxitos: como que la buena vida cansa y la mala amansa. ¿Por qué admiro al pueblo judío? Porque es un pueblo trabajador, luchador y que trabajan en equipo. El sentido de solidaridad de este pueblo, no lo tiene ninguna otra cultura. El pueblo judío ha sido un pueblo sufrido, por eso es un pueblo austero que optimiza los recursos y tienen como regla de vida el prever. No es un pueblo que vive improvisando. Para ellos los problemas son oportunidades para crecer. Su lema: a problema, solución. Cuando un judío acude a un connacional, no le pide comida, le pide oportunidad de trabajo. Ellos han entendido que ser zánganos no dignifica, dignifica el trabajo productivo; cada uno es gestor de su propio desarrollo. Los judíos no fueron reconocidos como ciudadanos en casi todos los países, no podían tener propiedades, por eso inventaron la banca. Cuando la clase noble cayó en desgracia y terminó en la más cruel miseria, fueron los judíos los primeros prestamistas para que pudieran subsistir los otrora cargados de títulos y pergaminos. Por dos mil años duraron sin territorio propio; sin embargo, no perdieron su identidad cultural y hoy son los dueños de varias trasnacionales. Volvieron a su territorio en 1948 y no ha habido un año de tranquilidad; un pequeño país en medio de tantos países hostiles. Israel es un país pequeño con escasos recursos naturales y, sin embargo, su economía es boyante, casi cero desempleo. No viven quejándose de su pobreza; por el contrario, ella es acicate para salir adelante; es un pueblo que no se arredra ante las dificultades. Israel en sus setenta y tres años de vida republicana, ha ganado 11 premios Nobel en: paz, literatura, economía, química. ¿Po qué Israel es un país rico? Por la calidad de sus habitantes: su laboriosidad, su creatividad, su trabajo en equipo, su identidad cultural, su disciplina y su resiliencia, su alto sentido democrático, su austeridad en el gasto público. Israel es un pueblo austero, teniendo sus habitantes un alto ingreso per cápita en 2020 fue de 39.440 Euros. La economía de Israel es una economía de libre mercado muy avanzada, basada principalmente en el conocimiento; el nivel académico de los israelitas es alto, de los mejores del mundo. ¿Cuál es el secreto? Seriedad y disciplina en lo que hacen. En Israel las huelgas son escasas y casi nulas: un código laboral flexible y equitativo. Todos están comprometidos con el progreso del país. No tienen la lucha de clases; sólo tienen una clase social: ISRAEL. Los judíos han entendido que a donde se llega, se llega a trabajar, a ser productivo.