Ocho meses después de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, colocara la primera piedra para la planta procesadora de arroz en Palermo, Huila, el proyecto no ha presentado ningún avance. En la actualidad no ha existido ni siquiera cierre financiero y faltan cerca de $6 mil millones. Lázaro Salazar, exgerente de Asojuncal, dice que han existido trabas por parte de la Gobernación del Huila. El secretario de Agricultura del departamento, Carlos Cuéllar, manifiesta que eso es falso.
Johan Eduardo Rojas López
johan.rojas@lanacion.com.co
El 3 de mayo de 2024, el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, visitó el distrito de riego El Juncal, ubicado en Palermo, Huila, para colocar la primera piedra de una planta procesadora de arroz que incluye pre-limpieza, secado, almacenamiento, trilla y empaquetado del cereal, ejecución que tardaría cerca de un año, pero a la fecha está frenada.
Con esto, también se marchitan las esperanzas de los más de 300 agricultores beneficiados y se permite que el oligopolio de la molinería, con sus estrategias, siga manejando la dinámica de compra a su antojo, ‘burlándose’ de los campesinos.
Disparidad de conceptos
Lázaro Salazar Medina, exgerente de la Asociación de Usuarios del Distrito de Adecuación de Tierras, Asojuncal, e impulsor del proyecto, en diálogo con LA NACIÓN, señaló que, ocho meses después, el complejo está en nada, a pesar de que se tenía proyectado ser puesto en funcionamiento en un periodo de un año, contado a partir de la visita de Petro Urrego.
Explicó que la Gobernación del Huila volvió a revisar el proyecto y “encontró, según ellos, que había que ajustarlo a unos requerimientos técnicos. Sin embargo, cada rato pedían cambios; nosotros pagamos a los técnicos que nos habían hecho los diseños y estudios iniciales, y luego salían con otros conceptos, entonces vimos que ahí había una disparidad de criterios que son los que prácticamente adormecieron el proyecto. Lo preocupante es que a estas alturas no hay nada definido. En definitiva, la demora estuvo por parte del Departamento, quienes harán su aporte con recursos de regalías”.
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¿Hubo trabas por parte de la Gobernación del Huila?
El exgerente de Asojuncal dijo que es falso que los estudios estuvieran desactualizados durante el encuentro que hubo con el Gobierno Nacional. Lo que sucedió, indicó él, es que les tocó recortar algunas cosas porque el presupuesto asignado en un principio no alcanzaba para cubrir obras complementarias y de operatividad.
“Eso yo mismo lo advertí en ese momento; incluso les dije a ustedes que en el desarrollo de la obra se irían haciendo los ajustes pertinentes porque son obras que no son obligadas para el funcionamiento de la planta. Entonces no estaban actualizados, pero para ellos, porque ya el proyecto había sido aprobado. Están las constancias de que nosotros pagábamos para corregir lo que ellos decían, pero siempre encontraban un nuevo detalle. A lo último fue que nos pusieron todas las trabas, pero los recursos ya estaban establecidos”, expuso.
Eso quedó registrado en un trabajo periodístico publicado el 6 de mayo de 2024 por este medio de comunicación, titulado “¿Cómo evitar que el molino de arroz se convierta en ‘elefante blanco’?”, en donde Salazar Medina aseguró: “Aún faltan varios esfuerzos para desarrollar las obras complementarias y de operatividad, para lo cual aún no se tienen recursos. Faltaría casi el mismo monto económico que en este momento existe para el proyecto ($13.500 millones). Es decir, que la obra tendría un valor de aproximadamente $25 mil millones. Como vamos, la idea es poder salir al mercado por allá en un año”.
También comentó que ese músculo financiero aspiraban lograrlo mediante concursos y alivios que ofrece la institucionalidad.
Cruce de intereses
El impulsor del proyecto aseveró que, con el gobierno de Luis Enrique Dussán y su secretario de Agricultura, Dilberto Trujillo, se tenía claro que los ejecutores del proyecto serían Asojuncal, por supuesto, con la veeduría de todas las partes involucradas. No obstante, el panorama cambió drásticamente y “el Departamento en últimas quería ser los ejecutores. Entonces para mí, parte del adormecimiento del proyecto fue ese interés”.
LA NACIÓN conoció que la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, también quería ser ejecutor, pero muchos arroceros se opusieron dado que no se sienten representados. “Sí es cierto que había un cúmulo de intereses”, precisó Salazar Medina.
“Como estaba planteado, se volvería, no terminable”
El secretario de Agricultura y Minería del Huila, Carlos Alberto Cuéllar Medina, explicó que, desde comienzos del año 2024 se le advirtió a Asojuncal (encargado de hacer los estudios y diseños) que existían falencias respecto a los detalles constructivos, particularmente de obra civil. Bajo esa lógica, “como estaba planteado el proyecto, se volvería eventualmente no terminable”, lo que significa que se convertiría en un ‘elefante blanco’.
“Por eso, les dijimos que era necesario que hicieran los ajustes y los detalles de ingeniería que requería la planta de procesamiento de arroz. Pasó bastante tiempo, hubo cambio en las directivas de Asojuncal y nunca hubo un avance, a pesar de las advertencias. Tan solo hasta hace cerca de un mes, hubo una alerta que lanzaron ellos mismos relacionada con que el valor inicial proyectado estaba deficitario”, afirmó el jefe de la cartera.
Faltarían $6 mil millones
Eso se traduce en que la obra tiene un valor adicional de cerca de $6 mil millones para realizar una planta realmente operativa. Así las cosas, el proyecto se totalizaría en $19 mil millones. El secretario de Agricultura y Minería del Huila detalló que no han puesto trabas y, por el contrario, se ha actuado para evitar que haya iniciativas inconclusas.
“En este momento estamos recomponiendo el proyecto para garantizar su ejecución, conforme a los recursos que están previstos preliminarmente. Esto implica hacer cierre de los estudios y diseños a nivel de detalle para garantizar que efectivamente queden construidos todos los elementos mínimos que hacen que el proyecto sea operativo, porque no podemos dejarlo en la mitad del camino. A la fecha no se tuvieron los diseños. Pero sí hemos estado pendientes y nos hemos sentado en al menos 14 reuniones”, agregó Cuéllar Medina.
¿Quién asume ese dinero faltante?
El líder de esa dependencia dejó claro que, de esa plata, el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba Mosquera, autorizó $1.800 millones más, aparte de los que ya habían aportado. A su vez, la Agencia Nacional de Desarrollo Rural y el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura, han manifestado la voluntad de poner el recurso faltante de aproximadamente $4.000 millones. Con eso se daría el cierre financiero, para lo cual se necesita culminar los estudios y diseños a detalle, en aras de arrancar la obra completa.
“Estaríamos hablando de tres meses para finiquitar eso y ahí arrancar con los recursos aportados”, ahondó el secretario, mientras insistió que es mentira que hayan solicitado ser ejecutores del proyecto que fue aprobado en el 2023 y contempla dinero de regalías, por lo tanto, sale a licitación pública. Es más, al tratarse de este tipo de recursos, el Departamento se denomina entidad ejecutora porque los privados no pueden serlo, pero “eso no quiere decir que nosotros seamos los que hacemos la obra y no tenemos ningún interés, más que se haga de manera apropiada”, concluyó.
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Disputa por asumir la administración
A su vez, Martín Vargas Chacón, presidente de Dignidad Arrocera del Huila, aseguró que el problema radica en que muchos quieren ser los administradores de esa planta. Eso también estaría frenando, según él, la obra.
Comentó que los arroceros huilenses desean que el molino quede en manos de Asojuncal porque, de lo contrario, también haría parte del monopolio, pero realmente el tema está enredado porque hay muchos intereses de por medio. “Nosotros, cada día que pasa, tendemos a desaparecer y esto sería un aliciente. Ojalá todo se desenrede porque era para que ya hubiera comenzado. Ha faltado celeridad y trabajo en unión para que el proyecto se convierta en una realidad”, afirmó.
A renglón seguido, Raimundo Vargas Castro, miembro del comité de arroceros del Huila, expuso que esto genera preocupación porque necesitan que se finiquite en este Gobierno, que completó más de dos años de mandato. Resaltó que: “hay incertidumbre”.
Se espera que no quede en un anuncio
Según el diputado del Huila, José Armando Acuña Molina, cuando el presidente Petro vino, se presentó el proyecto, pero sin estar actualizado. Ahora se busca que la planta procesadora de arroz no quede como un anuncio.
“Si la idea era que en un año se tuviera, no será posible porque el año no ha empezado. Ese tiempo hay que contarlo desde que haya cierre financiero y se dé inicio a la ejecución. Hay que superar las falencias y los errores que se cometieron para arrancar en la mayor brevedad. Lo de la administración de la planta se discutirá más adelante, una vez se haga realidad porque apenas está en papel. Primero hay que salir de eso y luego pensar en los demás”, especificó Acuña Molina.
Objetivo del proyecto
El área total del distrito se estima en cerca de 3.500 hectáreas de producción y allí mismo se pretende atender un volumen importante del producto. Para una fase inicial se podría hablar de 3.000 toneladas al año y proyectado a tener capacidad para transformación hasta de 9.000 toneladas.
“En su fase inicial será de un alcance relativamente bajo, pero la proyección es que esta iniciativa llegue a tener un importante volumen de procesamiento de arroz. Esperamos que para final de año este proyecto esté concluido”, dijo Carlos Cuéllar, secretario de Agricultura.
