La comunidad de artistas plásticos y visuales del Huila se muestra inconforme tras la decisión de la Secretaría de Cultura, liderada por Betsabé Polanía, de ceder la sala de exposiciones a la Corporación Sinfónica Abel Valderrama Yusti. El traslado de las obras a un espacio más reducido, ha sido calificado como un desconocimiento a la historia de 30 años de esta sala.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
Entre colores verdes, amarillos y azules vibrantes, se presenta un lugar que es a la vez común y nostálgico, evocando las casas típicas pueblerinas de nuestros abuelos. Estas viviendas están llenas de formas en sus pisos y de puertas y ventanas de fina madera, que a menudo resisten el paso del tiempo. En el centro de esta escena, una pareja de bailarines, vestidos con trajes típicos del folclore huilense, danza al son de lo que parece ser la banda del pueblo, mientras actúan como querubines para los enamorados. Esta es la temática de la obra ‘Tradiciones de mi Huila’, del artista plástico Gabriel Nieto, que formaba parte de la colección permanente de lo que fue la sala ‘Ricardo Borrero Álvarez’, en el marco del programa del Museo de Arte Contemporáneo del Huila (MACH). Este espacio, según Juan Pablo Mosquera, artista visual huilense y representante de Artes Visuales ante el Consejo Departamental de Cultura, les fue “arrebatado” por parte de la Secretaria de Cultura Departamental.
El espacio fue nombrado en honor al maestro Ricardo Borrero Álvarez, uno de los grandes referentes del arte pictórico en el Huila, quien inmortalizó hermosos paisajes y personajes comunes de una Colombia de principios del siglo XX en sus lienzos. En sus paredes se exhibían más de 400 obras, que incluían pinturas en diversas técnicas, fotografías e incluso imágenes en movimiento o videos. Actualmente, según la queja de los artistas, muchas de estas obras han quedado relegadas a un sitio inadecuado para exposiciones artísticas, mientras que otras se encuentran guardadas “quien sabe dónde”, debido al uso que ahora se le da a la sala por parte de la Orquesta Sinfónica del Huila, bajo la dirección de la fundación Abel Valderrama Yusti.
La denuncia
La inconformidad de los artistas plásticos y visuales radica en la decisión que tomó la Secretaría de Cultura departamental, encabezada por Betsabé Polanía, al otorgar a principios de este año la sala a la Corporación Sinfónica Abel Valderrama Yusti.
Antes, esta corporación tenía su sede de ensayo en un espacio proporcionado por la Gobernación del Huila, ubicado en el sótano del Centro de Convenciones ‘José Eustasio Rivera’.
Esta decisión llevó al traslado de las obras artísticas a un lugar más pequeño que, según Mosquera, no es adecuado para exposiciones artísticas. Los artistas calificaron esta medida como un obstáculo a los 30 años de historia de la sala para los artistas plásticos y visuales. “El desconocimiento de la importancia de lo que ocurre en torno a estos procesos dentro de las artes visuales es la causa de que nos hayan quitado el último refugio que teníamos en el departamento. Desafortunadamente, no hay un museo para las artes visuales ni una sala suficientemente amplia y equipada para estas disciplinas. Solo queda la sala de música ‘El Papi Tovar’, pensada para la grabación de música, no para las artes visuales”, mencionó Mosquera.
“Quitarnos el patrimonio”
Además de la inconformidad, los artistas que utilizaban esa sala se cuestionan la decisión de ceder ese espacio a la fundación sinfónica, pues argumentan que se trata de una corporación que obtiene ingresos contractuales de los entes públicos, pero no ha invertido en una “sede digna” para sus integrantes. “Simplemente, tuvieron la intención de quitarnos ese espacio, que forma parte de la historia del patrimonio visual de nuestro departamento, y de dárselo a una corporación privada, prefiriendo el interés particular al general. Esto representa un gran error por parte de quien administra esta cartera”, manifestó el artista.
“Falacia”
Otro de los argumentos que ha generado indignación entre los artistas visuales, según Mosquera, es que la razón para ceder el espacio a los músicos fue que el lugar “no se usaba”. “Este museo fue concebido como un programa que invitaba a artistas no solo a exponer, sino también a donar obras; se adquirieron piezas de muchos artistas para desmentir la falacia de que no había contenidos. Siempre había exposiciones”, replicó Mosquera.
El artista afirma que esta decisión afecta a más de 1.200 artistas plásticos y visuales de la región opita, quienes utilizaban este espacio seguro para su expresión y creatividad. Además, destaca que ha desaparecido una supuesta resolución que declaraba que ese salón había sido creado para tal fin. Mencionó también que lo que parecía ser un cambio temporal se ha convertido en una situación incierta, sin que tengan claridad, según Mosquera, sobre el paradero y el estado de las obras que se mantenían en la sala.
“Sin nada”
Sobre el tema, Nubia Estela Monje, artista plástica y visual de Neiva, manifestó que la sala “era un espacio que se había ganado” con propuestas serias y proyectos artísticos. Exaltó la importancia del espacio para la expresión del artista, aunque también fue crítica en afirmar que de cierta manera los artistas actuales “dejaron caer” la fuerza de esta sala y la importancia de la misma.
En cuanto a la decisión tomada desde la Secretaría, le parece desafortunada. “Tras de que, en el departamento del Huila, no hay un programa de artes plásticas de artes visuales, porque ese programa se acabó y los unieron con los otros programas de artes, ahora sí (el arte visual) quedó a la deriva. Quedó sin nada”, dijo Monje.
Las respuestas
Ante las denuncias e inconformidades que los artistas plásticos y visuales han presentado a través de dos derechos de petición dirigidos a la Secretaría de Cultura del Huila, la secretaria Betsabé Polanía respondió que la ocupación de la sala por parte de la fundación Abel Valderrama Yusti se debe a un problema de salud, debido a la gran presencia de humedad por filtraciones de aguas residuales. Esta situación hacía insostenible el espacio para que los músicos pudieran ensayar adecuadamente. También aseguró que se están realizando estudios para la adecuación del lugar, pero que no hay fechas fijas para volver a trasladar a los músicos allí.
Sobre la afirmación de que los artistas no tendrían espacios para sus exposiciones, Polanía señaló: “Los espacios para los artistas visuales también están disponibles. Generalmente, las exposiciones se realizan en la parte de abajo (hall) y algunos en el piso superior. Este año no se han hecho exposiciones en el tercer piso, donde Juan Pablo Mosquera manifiesta que se ha quitado el espacio. Lo que hicimos fue reubicar a los músicos y organizar un espacio para los artistas visuales en el salón ‘El Papi Tovar’”, sostuvo la funcionaria.
Respecto a la resolución que demandan los artistas visuales, la Secretaría afirmó que “(el espacio) no es de ellos; han solicitado actos administrativos en los que dicen que les pertenece”. La funcionaria reiteró que el salón designado para exposiciones también ha sido utilizado para muestras de artes visuales, subrayando que ambos espacios han servido para lo mismo.
La secretaria también explicó que, aunque los fondos para la sostenibilidad de los músicos y sus instrumentos son administrados por la fundación, que es de carácter privado, la Banda Sinfónica del Huila es responsabilidad de la Gobernación y es su obligación velar por su estabilidad. “En este momento, hemos ubicado a la banda sinfónica allí porque también son artistas; son 37 músicos, cada uno con sus instrumentos, lo que no les permitiría estar en un espacio más pequeño. Tienen los mismos derechos y necesitamos resolver su situación”, concluyó Polanía.
En cuanto al estado de las obras, afirmó que están bien resguardadas, selladas y clasificadas en la bodega general de la Secretaría de Cultura. Otras están expuestas en la sala “El Papi Tovar”, las cuales serán rotadas periódicamente.
