Frente al tema, Hernán Motta, concejal de Neiva hizo un panorama general y enfatizó en la importancia de aunar esfuerzos para tratar de recuperar lo poco que queda del río en cuestión.
“El río del Oro hace y ha hecho historia en el municipio; he tenido la oportunidad de hacerle un seguimiento permanente y de verdad preocupa. Hice un recorrido desde la parte alta, llamada Paso Ancho y comenzamos a observar que allí el agua aún conserva vida, que aún los niños y adultos van a bañarse a esta parte. Pero observamos que cuando el río toca el perímetro urbano, iniciando por los barrios El Limonar, Pozo Azul, Bogotá y Santa Isabel, se nos convierte en una laguna de oxidación”.
“Es evidente la falta de acciones contundentes de las autoridades, allí hay una serie de invasiones que afectan al río, pues las aguas servidas están conectadas directamente al afluente y lo están impactando. Luego los escombros, las cocheras que están básicamente a borde de río, hay caballerizas allí metidas en el cauce. En lo urbano el río es una laguna de oxidación y lo único que lo refresca son las crecientes cuando hay temporada de invierno. Lo ayudan, por lo menos a descontaminar en la desembocadura”, expresó Motta.
Responsabilidades
Para el concejal, el estado actual del río compromete tanto a autoridades y entes de control, como ciudadanía en general. Y no es una observación referente solo al río del Oro, sino también válida para otros afluentes que presentan un estado crítico.
“Neiva tiene algunos problemas que ya prácticamente están tan enraizados que para esta época ya han hecho metástasis por la falta de compromiso, de responsabilidad y acá no es culpa únicamente de los mandatarios locales sino hasta de los mismos organismos de control que juegan un papel muy importante. Ese requerimiento lo hacemos a la CAM, la Secretaría de Medio Ambiente, la Procuraduría Agraria e igualmente a la Fiscalía General de la Nación. El llamado es a todas las autoridades y que esto sirva de aliciente porque estas intervenciones ameritan unas inversiones importantes”.
En estado crítico se encuentra en la actualidad uno de los afluentes más importantes de Neiva: el río del Oro.
“Hay que conseguir los recursos para recuperar nuestras fuentes hídricas; porque estamos hablando únicamente del río del Oro, pero si miramos La Cucaracha, La Torcaza, Mampuesto, Zanja Honda, El Venado, el 90 por ciento de las rondas de estas están en esas mismas condiciones. Hay casas prácticamente en el cauce del río, porque lastimosamente tampoco ha habido una política firme. En las invasiones seguramente la mayor parte son personas que necesitan una vivienda pero hay otros invasores de oficio promoviendo estas prácticas”.
“Es un tema muy grave que para quienes no manejan el asunto ambiental, es de tercer o cuarto orden. Pero estamos convencidos que esto es lo más importante en una ciudad, no necesitamos tanta inversión en otras cosas, sino que lo poco que tengamos esté ordenado y acorde a la convivencia ciudadana, a una ciudad organizada con una infraestructura de servicios públicos importante y no de contaminación. Además sabemos que esta afectación que le causamos al río del Oro, posteriormente va a desembocar en el río grande de la Magdalena”, agregó Motta.
Alternativas
Pensando en alternativas que puedan llevar a la recuperación de lo poco que queda del río del Oro, el concejal Motta se refirió a la importancia de trabajar en la reformulación del Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica.
“La administración municipal hizo una inversión importante pero lastimosamente solo se hizo el trabajo de un tramo muy corto donde se descalzó un poco el río, pero no ha habido más acciones contundentes. Nos preocupa lo que está pasando con esta que es una de las fuentes hídricas importantes del Municipio y estamos propendiendo para que en la reformulación del Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica se tenga en cuenta la reorganización del río; que quede incluido dentro de ese plan”.
Deforestación, invasión de su ronda e incontables focos de contaminación, son algunos de los factores que tienen hoy al afluente al borde de la desaparición.
“Se está avanzando y ahora en marzo tendremos la primera evaluación de este plan de ordenamiento para conocer en qué estamos, cuál va a ser el esquema de financiación para que ojala desde el nacimiento del río hasta la desembocadura se le dé un tratamiento que corresponda a la importancia de esta fuente hídrica. En El Limonar por ejemplo la invasión de la ronda es un tema gravísimo. Prácticamente la ronda desde donde inicia el perímetro urbano hasta la desembocadura está totalmente invadida”.
“Hay que comenzar a hacer un trabajo importante, se están tratando de comprar unos predios en el barrio Bogotá, son unas 20 o 30 casas para comenzar a despejar el río y que verdaderamente sus rondas sean totalmente recuperadas. Debe haber un propósito y creemos que la próxima administración debe tener el cometido claro de recuperar las rondas; con eso evitamos el contacto directo de la gente con el río, que es algo muy preocupante”, mencionó Motta.
Escombreras
Precisamente con el objetivo de inspeccionar el estado de la ronda del río, en días próximos las autoridades visitarán el afluente para revisar el tema de las escombreras, que es una de las mayores afectaciones que vive el río en el área urbana.
La presencia de aves de carroña a lo largo del río es una constante.
“Tenemos una visita al río del Oro donde vamos a ir con las autoridades ambientales, la CAM, Secretaría de Medio Ambiente, Procuraduría Agraria, Personería y Contraloría a revisar otro tema que hace parte de esta problemática y son las escombreras que tenemos, que se nos están ubicando en el área suburbana contiguas a los edificios del megaproyecto Cuarto Centenario”.
“Uno llega a las casas que están más hacia la ronda del río y lo único que separa la ronda del río de estas casas, son unas escombreras increíbles. Son botaderos a cielo abierto, eso nos preocupa porque es una afectación bien grande. Así que vamos a revisar con las autoridades esta zona y vamos a invitarlas para que sigamos con este propósito de recuperar nuestro río y todo su entorno”, manifestó Motta.
¡Salvavidas!
Por último, el concejal Hernán Motta explicó que un salvavidas para el río del Oro, sería la realización de una intervención similar a la que hoy se desarrolla con el río Las Ceibas de Neiva.
La invasión de su ronda y la contaminación generada a lo largo del afluente, hacen que el río presente un momento nada halagüeño.
“El salvavidas para el río del Oro es el Plan de Manejo y Ordenamiento de la Cuenca Hidrográfica y buscar las fuentes de financiación con alguien que maneje ese proyecto a largo tiempo. Esto no puede ser los cuatro años de periodo de un gobierno, tiene que ser a largo tiempo tal como está concebido el Plan de Ordenamiento de la Cuenca Hidrográfica de Las Ceibas, que en la cuenca alta se han comprado más de 8.000 hectáreas y eso en el tiempo va a tener un resultado positivo”.
“No hemos hablado de que en la parte suburbana la deforestación es muy grande, por eso el agua no corre como corría en otros tiempos porque hay unos procesos de deforestación increíbles. Estamos viendo en Cerro Neiva carreteables y es evidente que allí estamos acabando con todos esos sistemas que alimentan nuestras fuentes hídricas. Hay que comenzar a recuperar desde la cuenca alta y hay que trabajar en procesos de cultura ciudadana en el perímetro urbano”, finalizó Motta.
El río del Oro, recordado por los neivanos como punto de encuentro y disfrute familiar en tiempos pasados, hoy se encuentra en estado terminal.