Con sufrimiento, emociones como corresponde a la esencia del deporte, un primer tiempo desastroso y un segundo glorioso. El fútbol ayer nos transportó a los colombianos del infierno de una increíble goleada en apenas 20 minutos, al cielo de la clasificación directa – sin necesidad de agradecerle a otros resultados – remontando de manera increíble lo que parecía una debacle inesperada. Como dirían algunos futbolistas y comentaristas en una trillada frase del mundo balompédico, "eso es lo bonito del fútbol". La Selección Colombia ya tiene un cupo de lujo al Mundial de Fútbol Brasil 2014, un sueño cumplido. Y lo ha logrado concretar tras un curioso partido con unos chilenos que en el primer tiempo nos pasaron por encima como si fueran los locales y los de acá unos novatos. Y claro, así es esto: improperios van y vienen, Peckerman insultado, todos convertidos en expertos que pedían este u otro jugador y unos más mirando cómo Ecuador o Uruguay nos daban una mano y se hacían un gol para nuestra fortuna.
Y llega el segundo tiempo. Y unos colombianos con otra actitud, con personalidad de guerreros, con pundonor deportivo y amor de patria. Y sacando su real calidad lograron el insólito empate ante unos chilenos que terminaron más que resignados por un empate que aún los deja con amplio margen de pasar directamente.
La euforia nacional por esta clasificación, que se ha vivido igual en otros países que también han alcanzado su tiquete, es más que merecida. No solo por la gesta de esta remontada singular sino porque se vuelve a un Mundial tras 16 años de ausencia, desde 1998, y se logra consolidar un equipo de integrantes de enorme nivel a tal punto que el grueso de ellos son figuras de alto costo en los mejores equipos europeos. De ahí que ameritaba tener, como ocurrió finalmente, un director técnico experimentado, sólido, serio, con personalidad suficiente tanto para no dejarse manosear de los consabidos tráficos de influencia de algunos directivos, como para evadir a un periodismo deportivo que se había acostumbrado a convertirse en otro actor de las alineaciones. Y qué bien que se haya respetado ese perfil del argentino, alejado como quería del enrarecido ambiente que solía crearse alrededor de las selecciones antaño.
Ahora el gran compromiso, el de ir a Brasil a consolidar este enorme avance deportivo y de hacer honor a una clasificación en la que incluso podríamos ser cabeza de serie, es decir en el sitial de honor.
“La Selección Colombia ya tiene un cupo de lujo al Mundial de Fútbol Brasil 2014, un sueño cumplido”.
Editorialito
Cuando se quiere se puede. Guardas de tránsito ejercían (¡por fin!) un severo control sobre la Carrera Quinta, convertida en parqueadero público de todos los bebederos, afectando la movilidad. Ojalá que los operativos se mantengan en el tiempo.