Un relato crudo y conmovedor dio a conocer Claudia Patricia Reyes Hoyos, Gestora Social de Palestina, Huila. Denunció a su esposo Juan Diego Pineda Rodríguez, alcalde de esa municipalidad, por violencia intrafamiliar y lo responsabiliza por la pérdida del hijo que estaban esperando. Dice sentirse desprotegida desde el momento en que el mandatario presuntamente la quiso matar, dejándole claro que “ella no es nadie, mientras él ostenta el poder”. El burgomaestre le dijo a LA NACIÓN que tiene “toda la disposición para colaborar con la justicia”. Escándalo.
Johan Eduardo Rojas López
El alcalde de Palestina, Huila, Juan Diego Pineda Rodríguez, fue denunciado por su pareja sentimental, Claudia Patricia Reyes Hoyos, por violencia intrafamiliar, luego de sostener una relación de doce años.
La denunciante, de 38 años de edad, narró que perdió al bebé que esperaba por los constantes abusos del mandatario de los palestinos, quien fue encubierto y defendido por sus empleados, supuestamente. También indicó que, no solo la agredió a ella, sino a su madre e hijo.
En la denuncia que se radicó el 11 de septiembre del año en curso, se indica que a través del correo electrónico del 10 de septiembre se recibió reporte de la Comisaría de Familia de dicha municipalidad, mediante el cual se puso en conocimiento a la Fiscalía General de la Nación, sobre la situación de violencia que se venía presentando al interior del hogar de quien funge como primera autoridad del municipio. Esta ruta se activa, gracias al apoyo que la víctima encontró en la Casa de la Mujer en Bogotá.
A pesar de que ella no pudo asistir de manera presencial a formular la denuncia al organismo adscrito al poder judicial, debido a que se encuentra en la capital colombiana realizándose unos exámenes médicos especializados, por afectaciones de salud provocadas como consecuencia del presunto maltrato físico, verbal, económico y emocional, que estaba recibiendo, sí dejó claro que, durante los tantos años de convivencia no había existido ninguna alerta que le diera luces sobre estas actitudes, sin embargo, después posesión la realidad que vivía de ‘puertas para adentro’ estaba lejos de que lo que creían los seguidores del líder político.
“Yo tengo el poder y usted no es nadie”
Contó que, en enero de 2024, ya siendo Gestora Social, empezó a ser víctima de maltrato verbal, con palabras soeces y despectivas por parte de su entonces compañero sentimental, Juan Diego Pineda Rodríguez, a quien no denunciaba por temor. Sin embargo, en abril de la misma vigencia, confirmó su embarazo y, a pesar de ello, continuó siendo maltratada.
“Le decía que se fuera y luego la abrazaba, mientras le decía que todo iba a estar bien y en público se refería a ella con amor”, se lee en el documento.
El 12 de mayo, de acuerdo con la denuncia, las agresiones subieron de nivel, dado que pasó de los insultos y menosprecios, a pegarle dos cachetadas en la cara y tirarla con fuerza hacia la cama. El miedo seguía apoderándose de Claudia Patricia, quien continuaba sin denunciar, entre otras cosas porque el Alcalde la amedrentó insistiendo en que él tiene el poder por el cargo que ostenta, mientras que ella “no es nadie”.
¿Fue el culpable de la muerte de su hijo?
Detrás de la sonrisa con la que se presentaba en los diversos actos frente al público, se escondía un ‘calvario’ que terminó por segarle la vida al bebé que venía en camino, fruto hasta ese momento del idilio de amor que vivieron por más de una década.
Seguidamente, el 15 de mayo, cuando la habían incapacitado al considerar el embarazo de alto riesgo, el burgomaestre llegó de Bogotá, muy cariñoso al principio, pero se transformó al ella molestarlo (jocosamente) por haber comprado ropa.
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“Después de que llegó de viaje, se dispusieron a descansar y estando en la cama la empujó con sus pies para tirarla al piso. Ella se sienta en el borde de la cama, le pregunta qué le pasa y le dice que eso no puede seguir así. Unas horas después le iniciaron los cólicos, a la media hora los dolores fueron más fuertes y empezó a sangrar; le pidió ayuda y no se la prestó”, dice en un aparte de la denuncia.
Al evidenciar esa situación, la madre de la víctima sugirió llamar una ambulancia, la cual la trasladó al hospital Camilo Trujillo Silva, donde finalmente le practicaron un legrado. A pesar de todo eso, Claudia Patricia decidió seguir guardando silencio.
Las agresiones escalaron
Pero el ‘infierno’ no se acabó ahí, pues, según la denuncia, el 8 de julio, la primera autoridad del municipio la volvió a agredir verbal y físicamente, escalando la situación a tal punto de quererla matar. “La ahorcó con sus manos y le dijo: la voy a matar”, reveló la mujer, quien como pudo se defendió, logró soltarse y salir corriendo de la habitación.
En ese momento, su madre de 58 años de edad y su hijo de 18, reaccionaron en su defensa, pero eso no importó y, por el contrario, según el testimonio de Claudia Patricia, el hombre decidió también agredirlos. Empezó a empujarlos y les arrebató los celulares debido a que creía que lo estaban grabando, mientras que, sometió en el piso al joven, quien no es su hijo biológico, pero creció con él. Todo esto hasta que llegó la Policía.
El supuesto agresor, se presentó ante las autoridades con normalidad, bajo su “dignidad” de Alcalde, y ella consumida por el temor de lo que podría decir la sociedad, decidió no denunciar. Él salió en la camioneta sin sus escoltas y un uniformado lo persiguió, pero finalmente nunca fue capturado. Esa noche acompañada de su progenitora y unidades policivas llegó al servicio de Urgencias, en donde recibió atención médica. Ese mismo día se separaron, confesó la Gestora Social.
“Después de ser dada de alta y llegar de nuevo a casa, su vida se sumió en el llanto, noches sin dormir, días sin comer y solo quería saber ¿por qué le hizo eso?, ¿por qué la quiere matar?; el dolor ha sido muy grande, sentía decepción y vergüenza. Se quería morir”, indica en la denuncia.
Salieron como ‘perros guardianes’
Días después, se comunicó con ella, Carlos Andrés Perdomo Perdomo, un abogado que se convirtió en emisario del burgomaestre quien, al parecer, conocía la situación real que se vivenciaba al interior del hogar. Él le manifestó que no podía hacer nada porque es el asesor jurídico de la Alcaldía de Palestina y su jefe (Juan Diego) lo enviaba como su abogado para exigirle iniciar el proceso de liquidación de la unión marital de hecho, señalándole además que, debía firmar un poder porque de no ser así se iniciaría otro proceso más tortuoso.
Ella al sentirse presionada y agobiada accedió a las pretensiones. No obstante, estando en ese proceso, el abogado la volvió a buscar el 29 de agosto para pedirle que le firmara un disentimiento informado con espacios en blanco, del hospital Camilo Trujillo Silva de Palestina, Huila.
Por primera vez, la víctima se negó debido a que desde el ataque de su expareja quedó con dolor en su seno izquierdo y en la espalda, dado que otro día también la empujó en unas escaleras, la cogió del cabello y la encerró en un cuarto. Ante la negativa, dice la denuncia, el asesor jurídico se molestó y le hizo saber que se comunicaría con su jefe, además de que, él saldría a atender el caso sí ella tenía la intención de iniciar un proceso penal, por lo cual ella se sintió una vez más amedrentada. “Son como cinco asesores de la Alcaldía que entran a defender al jefe y lo único que harán es dilatar los tiempos y con ello no logrará nada”, le precisaron.
La idea de familia que vendió, se desdibujó
Claudia Patricia asegura sentirse usada por su expareja para alcanzar su propósito de convertirse en Alcalde, pues durante la campaña ella, su hijo y su madre, lo apoyaron incansablemente. De hecho, una de sus principales banderas fue: fortalecer la unión familiar, la cual se ‘decolorizó’ rápidamente.
Según ella, ese fue el discurso más repetitivo durante su proceso de aspiración a la dignidad de Alcalde. “Esto es un proyecto bonito por Palestina, con Patico, mi esposa, con Sergio el niño de la casa y con doña Miriam la mejor de las suegras”, decía Juan Diego durante campaña.
Esta situación no solamente la llevó a buscar ayuda psicológica, sino que la obligó a medicarse para dormir, debido entre otras cosas a que siente que fue anulado su crecimiento como persona y su proyección como Gestora Social. Responsabiliza a su victimario de cualquier cosa que le pueda pasar a ella o a algún familiar. “Hoy repudio esas palabras por ver cómo las utilizó y el maltrato que recibí”, insiste.
Un municipio sin garantías
Actualmente, ella está radicada fuera de ese municipio dado que se siente vulnerable, indefensa y sin garantías tanto en ese pueblo como en el departamento, por ser su presunto agresor, Alcalde Municipal. De allí que acudió a entes de justicia del orden nacional, para que atiendan su clamor porque siente que su vida y la de sus familiares está en peligro.
“A pesar de lo sucedido ese 8 de julio, solo dos meses después se activó la ruta de atención a su problema y es precisamente porque dio a conocer los hechos ante la Casa de Mujer en Bogotá”, concluyó la declaración.
El abismal cambio tras su posesión
LA NACIÓN se comunicó con Claudia Patricia, quien explicó que, luego de la denuncia, el agresor, ni ninguno de su equipo se ha comunicado con ella, como tampoco lo ha hecho ninguna persona que represente a la Gobernación del Huila.
“Nuestra relación ha sido casi de 13 años; 6 años de novios y casi 7 en convivencia, y pues teníamos dificultades como discusiones, malos entendidos o cosas así, pero agresiones como las que estoy denunciando desde enero para acá en cuanto a los golpes, indiferencias, molestarse por cosas mínimas, perderse por varios días supuestamente “trabajando” y palabras de alto calibre, nunca había sucedido. Fueron unas situaciones lamentables y crueles”, comentó la víctima.
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Para ella, el cambio que se dio tras su posesión quizás se debe a que no supo manejar el “poder” que alcanzó, incluso, llegó a pensar que él tenía otra persona, pero eso a la fecha no lo ha podido comprobar, pese a que los “murmullos” darían cuenta de que así es. La “crueldad” con la que empezó a tratarla, la llevó a preguntarle qué pasaba, pero sus respuestas grotescas siempre fueron una constante.
El “ogro” que hay detrás del líder político
“Lárguese de aquí”, “cállese la doble hijueputa jeta y déjeme en paz, no me hable” y “no quiero hablar con usted”, fueron algunas de las frases que, según ella, le vociferaba. La mujer detalló que otra situación que se venía presentando constantemente y detonaba discordia, era que él se demoraba mucho en el baño y ella estando en estado de gestación, le pedía que lo desocupara para hacer sus necesidades ateniéndose al descontento del hombre, empero, eso no era así y, por tanto, le tocaba orinar en la ducha.
Con lágrimas en sus ojos y la voz entrecortada, le cuesta aceptar que, Juan Diego hoy no puede abanderarse de campañas de género, luego de lo sucedido, porque debe existir coherencia entre lo que se manifiesta y el actuar.
“En redes sociales hay una publicación de la campaña “Yo te cuido mujer” de la Policía Nacional y yo decía: santo Dios, esas publicaciones, y lo que me hace en la casa porque ya había pasado lo del legrado. Ese fue el primer día que yo salí a la calle luego de perder al bebé”, precisó Claudia Patricia, quien afirmó que están destrozados no solo por la situación vivida, sino porque se sienten sin rumbo, pensando qué pasará ahora con sus vidas, entre otras cosas porque la gran mayoría lo apoyan a él y han hasta mentido, pues dice que en el informe que la Policía emite a la Comisaría, se indica que atendieron un evento de violencia intrafamiliar, pero que el Alcalde no se encontraba en la vivienda, “eso es completamente falso”.
¿Qué responde el Alcalde?
LA NACIÓN también se comunicó con Juan Diego Pineda Rodríguez, alcalde de Palestina, para conocer su versión. “Mi pronunciamiento es que estoy en toda la disposición de colaborar con la justicia”, fue lo único que señaló.
La secretaria de la Mujer, Familia e Inclusión Social de la Gobernación del Huila, Madeleine Pantoja Ramírez, indicó que ayer haría una reunión sobre las 3:00 de la tarde para estudiar el caso y realizar algún pronunciamiento, sin embargo, hasta el cierre de la edición este no existió.
