Con solicitudes por más de 170 mil millones de pesos para 7 de los 37 municipios del departamento, comenzó el gobernador Carlos Mauricio Iriarte las llamadas jornadas de concertación del Plan de Desarrollo, “Huila Competitivo”. Es decir que si se conserva esa tendencia promedio, tendríamos requerimientos de obras y proyectos por casi 900 mil millones de pesos, cifra por supuesto imposible ahora y siempre dentro de las cada vez más apretadas arcas oficiales del Huila. Y con menor producción de petróleo día a día. Por ello es pertinente, conveniente y oportuno el llamado hecho por el gobernador Iriarte a los alcaldes de priorizar las obras y proyectos; mejor dicho, usar el sentido común, partir de los recursos que hay disponibles y aterrizar los requerimientos para no generar falsas expectativas ni ilusiones ni construir casas en el aire ni poner contra la pared después al mismo Gobernador por anuncios incumplidos.
Ni más faltaba que se trate de cortarles las alas a la esperanza de cada municipio, corregimiento y vereda de contar con la cristalización de sueños tantas veces aplazados, pero una cosa son los deseos y otra la rotunda realidad fiscal tanto del Departamento como de los mismos municipios para cofinanciar tales iniciativas. Y en ello es clave el liderazgo del respectivo Alcalde, quien debe sentarse con toda la seriedad con su equipo de gobierno, consultar su plan de desarrollo, hablar con las comunidades, discutir con las juntas comunales, escuchar a los concejales y sondear a todos los habitantes para saber con certeza qué es lo más importante, relevante y esencial que necesita el Municipio.
Y en esto es clave que no se pierda el norte, que se piense en las Necesidades Básicas Insatisfechas que son las que realmente miden el aporte de la presencia estatal a la vida diaria de los habitantes. Y no estamos nada bien, pues tenemos municipios con NBI apenas en el promedio nacional y otros con la mitad y más de sus pobladores sin cubrir esas necesidades. Y el departamento del Huila apenas se ubica cerca de la media del país.
Así que no se necesita ser experto ni investigador de alto nivel para señalar que las prioridades de los alcaldes, tanto en sus planes de desarrollo como en el que les está consultando el Gobernador, deben ser las que se denominen NBI: agua potable y suficiente, acueductos para todos, servicios de salud, educación para todos los niños con calidad y, en lo posible, suministro de alimentación para los pequeños de familias más pobres. El resto de obras y proyectos no son esenciales, no garantizan la supervivencia y pueden perfectamente esperar. Primero lo primero ha dicho Perogrullo, y es mejor atender lo importante – es decir planear y planificar – y no tanto lo urgente. Y mucho menos lo suntuario.
“Por ello es pertinente, conveniente y oportuno el llamado hecho por el gobernador Iriarte a los alcaldes de priorizar las obras y proyectos”.
Editorialito
La racha trágica ocurrida el fin de semana al comenzar las fiestas del San Pedro con un saldo de cinco muertos y seis heridos debe motivar a las autoridades a extremar los controles. Y los conductores ha respetar las medidas. Alcohol y gasolina, es una combinación peligrosa.
