Antes al servicio de la niñez, hoy olvidado por la comunidad

Los años dedicados al servicio de los niños y las niñas del sur del país, hoy son recuerdos en la memoria del médico pediatra y neumólogo Fernando Ávila Zambrano, quien le sirvió con amor a la infancia y ahora, pasa los días y las noches en medio de la soledad y el abandono en el barrio El Altico de Neiva.

Dai Trujillo

periodistadigital@lanacion.com.co

 

Fernando Ávila, nacido en Florencia, Caquetá, en 1939 y adoptado por el Huila años más adelante, estudió medicina e hizo sus especializaciones en la Universidad de Luisiana, universidad pública de la ciudad de Baton Rouge, estado de Luisiana, Estados Unidos. Allí se formó profesionalmente y luego, retornó al departamento vecino para dar inicio a esa vocación de servicio que lo invitó a estudiar medicina, ayudar a los niños y niñas.

Luego, uno de sus hermanos, quien fue profesional en el área del derecho, decidió migrar a Neiva, buscando nuevos horizontes y el pediatra concluyó que debía seguir los pasos de su hermano, por lo que llegó muy joven al Huila.

Una vida de servicio

El trabajo independiente para que la pediatría fuese accesible para cualquier persona, fue el objetivo del señor Fernando Ávila, quien hizo que los niños y niñas vivieran una aventura cuando iban a consulta. Los fonendoscopios en forma de ratón o con títeres de elefantes, los bajalenguas de colores y las decoraciones infantiles, eran parte del consultorio.

En boca de muchas personas, sobre todo padres de familia, se menciona que el doctor Ávila fue un excelente profesional y atendió con cariño a cada pequeño paciente que lo visitó. Herson Vargas Zambrano, a través de Facebook reconoció qué “el médico Fernando Ávila se caracterizó por ser generoso y atendía muchos pacientes que no contaban con recursos”.

Dentro de las últimas historias clínicas que reposan en el escritorio de este reconocido pediatra, se ven pacientes de Aipe y Rivera, quienes lo visitaron por problemas asmáticos y disnea.  “Yo salvé a muchos niños y niñas, no solo de Neiva, sino del Huila y del país”, reconoció para LA NACIÓN el médico Ávila Zambrano.

El médico Ávila en sus años mozos.
El médico Ávila en sus años mozos.

Las dificultades

Desde hace 14 años, el pediatra contrató a una mujer para que le apoyara con temas de alimentación y oficios varios en la vivienda ubicada en el barrio El Altico de Neiva. Norma Constanza Cruz, habitante de la comuna Nueve de la ciudad de Neiva, ha estado junto al médico y ha visto como poco a poco, ha perdido la vitalidad y la lucidez.

Desde junio del año pasado, según mencionó la señora Norma Constanza, el doctor comenzó a tener ciertas crisis. Tuvo un accidente con su carro y tuvo que venderlo, tuvo algunos quebrantos de salud y hasta una aparatosa caída mientras entraba mercado a su vivienda, por lo que ha perdido poco a poco la vitalidad.

El dinero que llegaba con algunas consultas y vacunación, poco a poco empezó a escasear, al igual que los pacientes, al punto de que ya no hay ni dinero, ni pacientes. La edad de este pediatra ha influido gravemente, pues el vigor y el entusiasmo han sido permeados por una luxación en el codo izquierdo y dolores de piernas por cuenta de la caída. Las ganas de estar en corbata y bata para esperar a sus pequeños pacientes, hoy son solo recuerdos.

Así luce el consultorio particular del médico Ávila Zambrano.

Situación actual

Las deudas no dan espera y por falta del costoso canon de arrendamiento el desalojo es inminente. El servicio de energía fue suspendido por falta de pago y están que le ‘cortan’ el agua y el gas, por la misma situación. Aunque la comida no ha hecho falta porque algunos amigos se han acordado del pediatra, lo cierto es que la situación es cada vez más compleja.

La señora Norma Constanza, no recibe pago desde hace tres meses y no se ha ido porque menciona que “no tengo el corazón para dejarlo solo”, pues él la apoyó cuando ella más lo necesitó, así que ella estará con él “hasta que Dios le preste la vida”.

Por lo que menciona el doctor Ávila Zambrano, no tuvo hijos, tiene un sobrino que al parecer vive en Neiva, pero no tiene contacto con él. Se desconoce realmente si sus hermanos están vivos aún, por lo que realmente este médico, que ayudó tanto a la comunidad, hoy es acompañado por la soledad y la caridad de Norma Constanza, quien ha decidido no dejarlo solo.

La Personería de Neiva conoció del caso a través de LA NACIÓN y se hará la búsqueda de subsidios o apoyos gubernamentales para el pediatra, pero además, se requiere de apoyo para el pago de los servicios y el arriendo, para buscar la posibilidad de trasladar al doctor Fernando Ávila para un lugar mas accesible, pues ni él ni la señora Norma quieren que él vaya a un asilo. Para cualquier ayuda, bien sea de dinero o mercado, puede contactarse al número 314 3935474.

Por medio de LA NACIÓN se realizó un Facebook Live, si quiere conocer un poco más de esta historia puede dar clic aquí.

 

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