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Arrancó diálogo sobre drogas ilícitas 1 23 octubre, 2024
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Arrancó diálogo sobre drogas ilícitas

Arrancó diálogo sobre drogas ilícitas 7 23 octubre, 2024
El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, junto a otros miembros de la delegación: Sergio Jaramillo (izquierda), y las nuevas delegadas María Paulina Rivero y Nigeria Rentería.

El gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc iniciaron ayer la discusión sobre drogas ilícitas, el tercer tema de sus negociaciones de paz en La Habana, expresando fuertes divergencias sobre el futuro de la hoja de coca.

"Si convenimos que no es lo mismo coca que cocaína, resulta ilógico que para acabar con el problema del narcotráfico, se deba entonces erradicar una planta que puede brindar beneficios a la humanidad", dijo el jefe negociador de las Farc, Iván Márquez, a su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede de los diálogos.

La delegación oficial no hizo declaraciones en esta jornada, pero su jefe, Humberto de la Calle, dijo en Bogotá que el gobierno de Juan Manuel Santos aspira a poner fin al cultivo de la coca.

"Queremos un campo sin coca, queremos que nuestros campesinos dejen atrás definitivamente estos cultivos, que lo único que han dejado en estas regiones es violencia, pobreza y marginalidad", aseguró De la Calle, antes de emprender el viaje a la isla para reanudar las conversaciones, tras un receso de tres semanas.

El principal negociador del gobierno sentenció que "no habría fin del conflicto (armado) verdadero sin atacar de fondo este fenómeno", porque este "se ha alimentado precisamente del narcotráfico".

El gobierno y las Farc tenían previsto reiniciar las conversaciones el 18 de noviembre, pero ese día decidieron su aplazamiento hasta ayer, "con el propósito de afinar visiones, intercambiar documentos y analizar las diferentes propuestas recibidas de distintos sectores de la sociedad", según un comunicado conjunto divulgado en La Habana.

Hasta la fecha las partes han logrado consenso en los temas de desarrollo agrícola y participación política de la guerrilla, considerados como los más difíciles. Quedan pendientes, además del de drogas ilícitas, la reparación a las víctimas y abandono de las armas. Además, se deberá definir un mecanismo para refrendar los acuerdos.