El asesinato de un joven de 21 años, hijo del inspector general de la Policía Nacional, general William Rincón, ocurrido ayer en el barrio Quiroga, localidad de Rafael Uribe Uribe, sur de Bogotá, sigue generando conmoción.
El testimonio de varios testigos en el lugar del crimen sugiere que se trató de un ataque planeado, motivado por una posible venganza.
Según los relatos de los residentes, el joven, que se encontraba en compañía de una mujer que al parecer era su pareja, fue interceptado cerca del Colegio Clemente Alcalde, en una zona conocida por su actividad comercial y residencial, pero también por ser un punto estratégico con pocos dispositivos de seguridad en los alrededores. “Lo estaban esperando. Fue algo calculado, no fue casual. Lo venían siguiendo y lo cogieron en el punto donde no hay cámaras”, aseguró uno de los testigos que no quiso dar su nombre.
Las primeras versiones apuntan a que el crimen podría estar vinculado a problemas personales, y varios testigos mencionaron que el ataque no fue fortuito, sino que “debió haber sido planeado”. “Ellos sabían lo que hacían”, dijo otra persona en el lugar, al señalar que los agresores actuaron con precisión, aprovechando las salidas múltiples del sector para escapar sin ser identificados.
El hecho se produjo en un sector del barrio Quiroga que, aunque parece tranquilo, ha sido escenario de diversos incidentes violentos en el pasado. En esta ocasión, los atacantes utilizaron la ubicación para su beneficio, eludiendo cámaras de seguridad y aprovechando los callejones cercanos, lo que dificultó la identificación de los responsables.