Familiares, vecinos, amigos de colegio despidieron el dieron el último adiós al pequeño Gabriel Esteban González, asesinado por su propio padre el pasado lunes en un hotel de Melgar, departamento del Tolima.
Redacción Web/LN
Ayer en horas de la tarde, familiares, amigos, compañeros de escuela, vecinos y hasta la propia Policía Nacional le dieron el último adiós al pequeño Gabriel Esteban González, el niño de 5 años asesinado por su propio padre en Melgar, Tolima.
Fue una caravana en medio de lágrimas, globos y flores blancas que salió del barrio El Bosque, en la localidad de Usme, donde vivió el pequeño. “Un dolor para todos, para la madre, para el error que cometió este señor, tanto sufrimiento tiene la mamá, cuánto sufrimiento tiene uno de madre”, dijo Anita Jerez, habitante del sector.
Las sirenas de la Policía Nacional fueron las encargadas de abrir el paso en un recorrido nostálgico y lleno de dolor que arribó a las tres de la tarde de ayer al cementerio Jardines del Apogeo, en el sur de Bogotá.
Los restos mortales estuvieron acompañados de las notas del violín, en un recorrido en el que se fundían el dolor, la indignación y muchas preguntas sobre posibles fallas en la ruta de protección del derecho fundamental a la vida de Gabriel Esteban González.
Fue una ceremonia llena de nostalgia, de imágenes que no deberían repetirse, de un crimen que nunca debió suceder, de una pequeña vida que se apagó antes de tiempo y de unos sueños que se interrumpieron por cuenta de un hombre que un día decidió matar a su propio su hijo.