Un ambicioso proyecto urbanístico promete marcar un antes y un después en el diseño arquitectónico de Neiva. Felipe Olave es el empresario que le apuesta al mejoramiento de la dinámica económica, turística y social de la capital bambuquera de América con esta iniciativa.
Johan Eduardo Rojas López
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Por amor y gratitud a la ciudad que lo vio nacer y crecer, Felipe Olave empresario neivano, lidera un proyecto urbanístico que busca apostarle a su ciudad y departamento. A pesar de vivir en Estados Unidos y, según él, ser aconsejado de no proyectar esta apuesta aquí, la realidad es que ya cuenta con un terrero de nueve hectáreas en donde desarrollará un conjunto de apartamentos, un hotel innovador, oficinas y áreas comerciales.
Esta iniciativa a orillas del río Magdalena, ubicado sobre la glorieta de la carrera Segunda, en el sur de Neiva, le aportará a la ciudad una perspectiva diferente con un potencial importante y permitirá reconciliarnos con el entorno que embellece esa zona de la ciudad. Aportándole inicialmente, por lo menos 500 empleos directos.
Contrario al cuento de Gabriel García Márquez “Algo muy grave va a suceder en este pueblo”, el empresario busca hilar esta historia en este contexto, al que hoy vuelve, asegurando que “Algo maravilloso va a pasar en Neiva”; pues ese optimismo lo ha llevado a apostarle a esta ciudad.
Entre el arte y la arquitectura
Detalles muy especiales embellecerán aún más este proyecto que de por sí ya está rodeado de paisajes únicos. La escultura “Mujer Reclinada” de Fernando Botero que ha viajado por varios continentes, llega a Neiva; además, de una fuente bailarina de aproximadamente 200 chorros que se “dejará llevar por nuestros ritmos autóctonos” y como si fuera poco, una escultura de la Ceiba de la Libertad, de 15 metros de Alejandro De Narváez, dentro de un Arca de Noé.
“Tendremos muchas sorpresas en cuanto al arte para la ciudad. Por supuesto vamos a bajar la temperatura a través de los árboles y en general será un lindo lugar para vivir. Pretendo que todos los edificios sean inteligentes y tengan mucha seguridad. También vamos a producir nuestra propia energía solar”, anunció.
Otro punto importante es que no tendrá estacionamiento vehicular en primer piso, pues se dispondrán 3 sótanos para este fin en aras de tener orden. De allí que el primer piso estará destinado para plazas de comida, fuentes, senderos, un malecón y lugares de ocio.
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El edificio más alto
Evidentemente para consolidar un proyecto de tal magnitud, se acude a ciertas etapas que se irán agotando con el pasar de los años, sin embargo, arrancará con un primer edificio de 16 pisos con un área de 20 mil metros cuadrados y 50 metros de altura, exclusivamente de oficinas, que será dedicado a su compañía que actualmente cuenta con 700 empleados. Bajo esta lógica, se convertiría en el edificio más alto de la ciudad y se espera finalizarlo en noviembre del próximo año.
La ejecución de este primer edificio está a cargo de la constructora León Aguilera y fue diseñada por Meme Estudio. No obstante, para el resto del proyecto en aras de la responsabilidad que implica una apuesta como estás, Felipe Olave contrató a la Sociedad Colombia de Arquitectos para que desarrollen un concurso privado con cinco jurados que elegirán el ganador durante el mes de abril.
Mencionó también que “Ellos han invitado a 12 firmas de arquitectos, 6 de Colombia y 6 extranjeras. Creo firmemente que desde la empresa privada podremos cambiar nuestra ciudad. Nuestros gobernantes nos han demostrado una y otra vez que no están a la altura de nuestra gente; creo también que este majestuoso río Magdalena debe ser el corazón de nuestra ciudad, pero le hemos dado la espalda”.
“El 70% será de áreas verdes”
Fernando Montenegro, coordinador del concurso y director del proyecto de diseño arquitectónico, dejó claro que, esta iniciativa más allá de ser vista como un negocio, pretende que se avance como ciudad.
“Según la apreciación realizada, el proyecto en general podría costar alrededor de $2 billones y tiene 85 mil metros cuadrados. Además, por su tamaño podría demorarse de cinco a diez años”, agregó
Por ahora, se desconoce el número de torres que se construirán, pero se estima que habrá entre 9 o 15. Lo anterior, dependerá de los diseños arquitectónicos que se presentarán al concurso. “El 70% de la tierra será de áreas verdes y la misma arquitectura esperamos que sea una innovación”, concluyó.