JESÚS ANTONIO ROJAS SERRANO/LN

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A semana y media del crimen del comerciante Jairo Alfonso Galeano, propietario del famoso negocio de postres “River Jay” del municipio de Rivera, un equipo de policías, al mando de un oficial de la Seccional de Investigación Judicial SIJIN, avanza afanosamente en armar el ‘rompecabezas’ del asesinato que impactó la opinión pública huilense. Huellas en el lugar del hecho de sangre, pruebas testimoniales y el análisis de varias cámaras, hacen parte del material probatorio que evalúan los investigadores. Paralelamente, la Policía ordenó en la capital verde del Huila una intervención integral, que incluyó el relevo del comandante de Estación y de otros uniformados.

El homicidio del señor Galeano, de 58 años de edad, ocurrió entre las tres y las cuatro de la madrugada del pasado 7 de noviembre. De acuerdo con los registros fílmicos, cuatro jóvenes irrumpieron en el establecimiento comercial, ubicado en la calle 4 con carrera 1 de Rivera, que además servía como casa de habitación de la víctima. Algunos movimientos de los individuos, así como los rostros de dos de ellos, quedaron grabados por las cámaras que el comerciante tenía al interior de su negocio.

La inspección judicial al cadáver corroboró que la muerte del comerciante fue profundamente dolorosa: una herida, ocasionada con cuchillo, alrededor del cuello, le originó un shock hemorrágico. La víctima murió desangrada.

IDENTIFICADOS

Lo primero que hicieron los investigadores asignados al caso fue recoger las grabaciones de las cámaras al interior de “River Jay” y de varias de ellas ubicadas no solo en el sector sino por todo el municipio de Rivera.

Las cámaras del negocio muestran a los victimarios, pero en especial a dos de ellos. Se trata de jóvenes, de edades entre los 20 y 25 años de edad, contexturas delgadas y estaturas aproximadas de entre 1.70 y 1.75 centímetros.

Las imágenes son de alta resolución y les han permitido a los investigadores detallar los rasgos físicos de los presuntos responsables del crimen y cotejarlos con álbumes fotográficos y archivos judiciales. Varios habitantes del pueblo están colaborando además en la plena identificación de los individuos.

Con esos mismos videos, los investigadores ya reconstruyeron el antes, durante y después del crimen del comerciante. Ya establecieron, por ejemplo, la ruta de escape tras perpetrar el homicidio.

“La Policía Judicial SIJIN está haciendo su trabajo y tiene bastante material probatorio recolectado”, le dijo a LA NACIÓN el director seccional de Fiscalías, Justino Hernández.

El Ejército patrulla las calles del municipio de Rivera.

LAS HIPÓTESIS

Los investigadores están manejando varias hipótesis sobre los móviles del crimen del comerciante, quien llegó hace 20 años proveniente de Zipaquirá, Cundinamarca, y se estableció en Rivera con un pequeño negocio de venta de obleas.

El robo, aparentemente, es el móvil más fuerte, luego que la familia del comerciante reportara el hurto de $6 millones en efectivo.

Sin embargo, hay otras informaciones sobre la vida personal del señor Galeano que están siendo analizadas por el equipo de la Policía. Incluso, los investigadores indagan si el comerciante adquirió recientemente seguros de vida y quiénes son los beneficiarios.

INTERVENCIÓN

La muerte violenta del comerciante de postres llevó a que la Policía ordenara una intervención integral del municipio de Rivera. La intervención ha abarcado, entre otras cosas, el incremento de la vigilancia en las calles del pueblo. El Ejército también se sumó a esas labores.

Adicionalmente, comandante, sub-comandante y media docena de uniformados de la Estación de Policía de Rivera fueron relevados. Las permanentes quejas sobre hechos de inseguridad, a lo que se sumó el impactante crimen, ‘detonó’ la salida de los policiales.

Una mujer, la teniente Carol Bohórquez, asumió el manejo de la seguridad de los riverenses.

Desde el momento en que ocurrió el crimen, el alcalde de Rivera, Nestor Ramiro Barreiro, ha exigido públicamente una “exhaustiva y rigurosa” investigación para esclarecer el homicidio del comerciante.