Al cierre de 2020, 4.949 venezolanos estaban asentados en el departamento, cerca de 300 más a los registrados al finalizar 2019 según lo reveló Migración Colombia; 2.755 se albergan en Neiva donde la Personería Municipal resalta que la cifra es mucho mayor y la pandemia sigue agudizando las necesidades básicas de esta población.
Lucía Sánchez
Miles de migrantes venezolanos han tenido que regresar a su país debido a los impactos económicos derivados de la pandemia del COVID-19, sin embargo, muchos no han contemplado esta opción, aunque sus lazos familiares los ‘llaman’ día a día.
Yilberth Rivero Castillo de nacionalidad venezolana, dedicado a la soldadura industrial, llegó hace 20 días a Neiva en busca de una plaza para ejercer su labor, luego de que en otras regiones de Colombia las oportunidades se hicieran más escazas con el inicio de la segunda ola de la pandemia.
El hombre de 29 años de edad quien reside hace un año en Colombia cuenta que, pese a las dificultades económicas exacerbadas por la crisis sanitaria, su única alternativa ha sido seguir luchando.
“Salí de Venezuela el 25 de enero del año pasado, a los días comencé a trabajar en una obra en Cundinamarca, pero con el inicio de la pandemia nos retiraron del trabajo… empecé a recorrer varias regiones con mi esposa, hermano y cuñada; en algunos lugares no nos daban permiso para trabajar y el reto era ‘estirar’ los ahorritos”, recuerda.
Definitivamente, para Yilberth y sus familiares 2020 tampoco fue un año fácil. En diciembre, mientras estaban en Pereira y “el trabajo escaseaba”, la esposa de Yilberth dio a luz; la difícil situación económica lo obligó a buscar otras oportunidades dejando en esa ciudad y a quienes considera su motor para vivir.
“En enero me vi apretado de trabajo y decidí venirme para Neiva, dejando a mi esposa e hijo en Pereira mientras logro tener estabilidad; ahora estoy trabajando como soldador y, aunque soy ilegal, tengo experiencia en lo que hago y ganas de trabajar”, resalta.
Ahora, la principal motivación de Yilberth es “estabilizarse” para traer a su familia de Pereira y seguir apoyando a su madre quien tiene una discapacidad y se encuentra en el vecino país, aunque esa estabilización le implique enfrentarse a retos personales. “Vivo en una residencia en el barrio Limonar, pago 10 mil pesos diarios y durante la semana, algunas veces toca ‘apretarse el cinturón’ con la alimentación; pero creo que lo más difícil es estar lejos de la familia, por eso seguiré trabajando para apoyar a los que están en Venezuela y tener cerca a mi mujer e hijo que se encuentran en Pereira”, explica.
Aumento de venezolanos
Como Yilberth, miles de venezolanos arribarán a Colombia durante este año según lo alertó la oficina de la ONU para las migraciones, al proyectar que la ola de migrantes venezolanos en el país será mayor en 2021.
Para el caso del Huila, según acaba de revelar Migración Colombia, el total de ciudadanos venezolanos en el departamento -con corte al 31 de diciembre de 2020- es de 4.949 migrantes, lo que demuestra un incremento de 288 personas respecto a la misma fecha de 2019, cuando la cifra era de 4.661. “Los que están reportados son quienes tienen un permiso regular de permanencia e ingreso al país, al igual que quienes cuentan con una visa”, precisa el informe.
En el departamento, Neiva concentra la mayoría de esta población con 2.755 migrantes, 94 más que al cierre de 2019 cuando se registraban 2.661. Después de la capital del Huila, los municipios que más albergan población venezolana son Pitalito (1.206), Garzón (126) y Rivera (108). El único municipio que no registra población del vecino país es Elías, según datos de Migración Colombia.
Pese al aumento mesurado de migrantes en el departamento de acuerdo con Migración Colombia, la Personería de Neiva, donde se concentra el mayor porcentaje de esta población, señala que la cifra es mucho mayor. “Efectivamente según Migración Colombia la población ha aumentado, pero es importante reconocer que en Neiva hay mucha población ilegal de venezolanos que no está en las bases de datos de esa agencia”, expresó el representante del Ministerio Público, Kleiver Oviedo Farfán, al tiempo que recordó, que al inicio de la pandemia las autoridades locales y departamentales brindaron apoyo para que personas de esa población residentes en Huila regresaran a su país, sin embargo no fue significativa la salida de venezolanos, y superada la primera ola, empezaron a retornar.
Situación de la población
El personero de Neiva reveló que “hay un número preocupante de esta población en nuestro territorio con necesidades bastante apremiantes, sin asegurar sus condiciones básicas de derechos fundamentales. Por ejemplo, las venezolanas que están en embarazo nos preocupan, nosotros hemos recurrido a las tutelas para presionar acciones de entidades competentes para la atención básica y humanitaria de este grupo particular”.
Complementó que, “de otro lado, está el tema de alimentación y salud, la mayoría no están asegurados para tener garantías frente a alguna eventualidad, y menos, tienen oportunidades en el tema de educación. Nosotros hemos querido reconocer los derechos humanos de la población venezolana, no es un tema tan fácil, hemos apelado a las autoridades con fines humanitarios y de derechos humanos”.
Una de las actividades que están ejerciendo las mujeres venezolanas es la prostitución. De acuerdo a la Personería de Neiva, hay un número preocupante de mujeres vinculadas a esta actividad, pero además en unas condiciones de desprotección.
“Nosotros creemos que sí han aumentado los venezolanos en la ciudad, pero obviamente también reconocemos que hay mucha informalidad, a la mayoría no los tiene en cuenta el sistema de migración, hay mucha trabajadora sexual venezolana y sobre todo mucha gente en las calles engrosando más los niveles de informalidad que tiene la economía nuestra”, insistió Oviedo Farfán.
Para la personería del Municipio de Neiva, el crecimiento de esta problemática obliga a las entidades a articular esfuerzos para lograr garantizar a los ciudadanos venezolanos sus necesidades básicas, así como brindarles oportunidades laborales, que se deriven del permiso especial de permanencia.
Acciones gubernamentales
La situación que preocupa a las autoridades locales fue analizada durante un encuentro en la ciudad de Neiva, desde donde se buscó trazar estrategias para tener el control en el ingreso de venezolanos hacia el territorio huilense y apoyar humanitariamente a la población registrada en el departamento.
La Alcaldía de Neiva firmó un compromiso con la Dirección Regional de Migración con el objetivo de seguir apoyando el proceso de verificación de la situación migratoria de las personas que ingresan al municipio.
El secretario de Gobierno, Faiver Hoyos, aseguró que desde la Administración Municipal se ha velado por evitar vulneraciones a los debidos procesos y propender porque se brinden garantías en temas laborales, para la población extranjera que llega a la ciudad en busca de mejorar sus condiciones de vida.
“A través de la Secretaría de Gobierno y en especial desde la Dirección de Convivencia y Seguridad se atienden las novedades. Muchos de ellos no tienen cédula, por eso se ha procedido a crearles un número de registro e identificación”, dijo el funcionario.
Agregó que el propósito es velar porque no se vulneren sus derechos, no se presenten abusos en materia laboral, prostitución y utilización de menores de edad para mendicidad o actos delictivos.
“En unos casos muy particulares hay reportes de algunos de ellos que están dedicados a delinquir”, aseguró Hoyos por lo cual, las autoridades prestan atención a los hechos de inseguridad o a la comisión de delitos por parte ciudadanos del vecino país, también con el fin de formular acciones que garanticen la integridad de los neivanos.
Es de recordar, que el mayor número de venezolanos se concentra en la capital del Huila, a donde arriban en busca de opciones laborales.
Sin embargo, según indicó el secretario de Gobierno Municipal, el aumento de población migrante no afecta directamente los indicadores de desempleo, pues muchos de ellos aplican como mano de obra no calificada por lo que se dedican al comercio informal, “al rebusque”, resalta.