MOSCÚ (AFP) – La adopción de una ley que instaura multas considerables para castigar a participantes y organizadores de actos de protesta en caso de disturbios desencadenó un escándalo en Rusia, donde la oposición denunció un incremento de la represión del régimen de Vladimir Putin. MOSCÚ (AFP) – La adopción de una ley que instaura multas considerables para castigar a participantes y organizadores de actos de protesta en caso de disturbios desencadenó un escándalo en Rusia, donde la oposición denunció un incremento de la represión del régimen de Vladimir Putin. El Consejo de la Federación (cámara alta del Parlamento ruso) aprobó esta ley por 132 votos a favor, uno en contra y una abstención. La Duma (cámara baja del Parlamento ruso) había adoptado en segunda y tercera lectura esta ley, propuesta por el partido en el poder Rusia Unida, luego de una sesión que duró más de once horas debido a una obstrucción sin precedentes de los partidos opositores, Rusia Justa (centro-izquierda) y los comunistas. La oposición parlamentaria, según la cual esta ley es una flagrante violación de la Constitución rusa y una violación de la libertad de manifestar, había presentado cientos de enmiendas, que exigió discutir una por una para postergar su examen el mayor tiempo posible. Este texto prevé fuertes multas para los participantes y organizadores de mitines no autorizados o en casos de disturbios del orden público durante manifestaciones que hayan obtenido la aprobación de las autoridades. También prevé multas que van hasta los 300.000 rublos (7.300 euros, 9.000 dólares) para las personas físicas, hasta 600.000 rublos (14.500 euros, 18.900 dólares) para los responsables oficiales, y hasta un millón de rublos (más de 25.000 euros, 32.100 dólares) para las personas jurídicas. “Esta es una norma arbitraria y estoy seguro de que la sociedad la rechazará”, declaró el último líder soviético, Mijail Gorbachov, a la agencia de noticias Interfax. Sin embargo, los medios de comunicación oficiales alegaron que las multas son equivalentes a las que rigen en otros países. El partido en el poder, Rusia Unida, que concibió este texto, quería que fuera adoptado antes de la próxima gran manifestación opositora, prevista el 12 de junio. Esta impaciencia preocupó incluso a los senadores. “Ni siquiera tuvimos en las manos el texto de esta ley. ¿Por qué tanta precipitación?”, preguntó la senadora Liudmila Narusova, viuda del ex alcalde de San Petersburgo, presentado por Putin como su mentor, y cuya hija Xenia Sobchak es una figura del movimiento contestatario. En la Duma, los diputados de Rusia Justa anunciaron su intención de presentar un recurso ante la Corte Constitucional. El presidente del Consejo Consultivo de los derechos Humanos ante el presidente ruso, Mijail Fedotov, indicó que pedirá a Putin que vete dicho texto. No obstante, el portavoz del jefe del Estado, Dimitri Peskov, destacó que Putin sólo vetará esa ley si está “en contradicción con las prácticas aceptadas en forma universal y aplicadas en otros países”. Putin, reelecto para un tercer mandato presidencial después de los efectuados de 2000 a 2008 y una pausa de cuatro años como primer ministro, enfrenta una contestación sin precedentes desde que llegó al poder. Vladimir Putin