El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió ayer al mundo al anunciar su retirada de la carrera presidencial, argumentando que era lo mejor para su partido y el país. Tras intensas presiones de sus compañeros demócratas, Biden respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris, para que sea la candidata demócrata en las elecciones de noviembre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso fin a su campaña de reelección diciendo que “es lo mejor para mi partido y el país”.
La decisión de retirar su candidatura se produce cuatro meses antes de que los estadounidenses acudan a las urnas en las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
Este giro en la carrera por la Casa Blanca ocurre tras semanas de intensa presión de sus compañeros demócratas, a raíz de una cuestionada actuación del mandatario en el debate contra el republicano Donald Trump a fines de junio.
En una carta publicada en su cuenta de redes sociales, Biden aseguró que presidir Estados Unidos ha sido el mayor honor de su vida. Agregó en su declaración que se dirigirá al país para ofrecer más detalles la semana próxima.
Apoyo a Kamala Harris
El mandatario agradeció a su vicepresidenta, Kamala Harris, a quien calificó como una “socia extraordinaria”, y le ofreció su respaldo en su cuenta de X (antes Twitter).
“Mi primera decisión como candidato del partido en 2020 fue elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado. Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas: es hora de unirse y vencer a Trump. ¡Hagámoslo!”.
Harris, de inmediato, le respondió: “Haré todo lo que esté en mi mano para unir al Partido Demócrata y unir a nuestra nación”.
Sin embargo, el respaldo de Biden no significa que Harris será candidata de los demócratas. Las dudas podrían despejarse en la Convención Nacional Demócrata que tendrá lugar el próximo mes en Chicago.
El evento comienza el 19 de agosto, aunque el partido de Biden había acelerado el proceso para cumplir con el plazo de certificación de candidatos del 7 de agosto en el estado de Ohio, lo que significa que el nuevo candidato debería ser anunciado en algo más de dos semanas.
Biden también dio las gracias a los estadounidenses: “Permítanme expresar mi más sincero agradecimiento al pueblo estadounidense por la fe y la confianza que han depositado en mí”.
“Creo hoy y siempre he creído: que no hay nada que Estados Unidos no pueda hacer, cuando lo hacemos juntos. Sólo tenemos que recordar que somos los Estados Unidos de América”.
La presión tras el debate
La semana pasada, Biden regresó a su casa en Delaware después de que le diagnosticaran covid, pero dijo el viernes que esperaba “volver a la campaña electoral la próxima semana”.
Anteriormente había dicho que solo el “Señor Todopoderoso” podía obligarlo a retirarse, pero luego afirmó que consideraría retirarse si tuviera un problema de salud.
Las voces que pedían la retirada de Biden comenzaron a intensificarse tras el cara a cara con Trump el 27 de junio.
Recibió críticas por expresarse en ocasiones de forma incoherente y hablar con voz débil, algo que su partido atribuyó a un resfriado.
Tras el debate crecieron las peticiones dentro de su propio partido para que se echara a un lado, y un número cada vez mayor de demócratas en el Congreso temían que la campaña de Biden perjudicara sus propias posibilidades de reelección en noviembre.
Varios senadores que forman parte de la cámara alta del Congreso también habían pedido su renuncia. Trump, por su parte, respondió a la retirada de Biden con una publicación en su red Truth Social en la que afirmó que el actual mandatario “no estaba en condiciones de postularse para presidente”.
Posibles reemplazos
Ahora el Partido Demócrata tendrá que encontrar a un sustituto o sustituta, cuando faltan pocos días para la convención prevista en Chicago (norte) a partir del 19 de agosto. Su vicepresidenta, Kamala Harris, sería una elección natural, pero no automática, para convertirse en candidata demócrata.
La última palabra la tienen los delegados del partido: 3.900 personas con perfiles muy variados y en su mayor parte completamente desconocidos para la opinión pública.
Como posibles opciones también se habla del gobernador de California, Gavin Newsom, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, el gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, y el representante de California Ro Khanna.
Otras figuras, aunque con muchas menos posibilidades, podrían postularse los senadores Bernie Sanders de Vermont, Elizabeth Warren de Massachusetts y Amy Klobuchar de Minnesota, así como el secretario de Transporte, Pete Buttigieg.
Al Partido Demócrata todavía le falta celebrar su convención nacional para el mes de agosto, en donde se le daría el aval oficial al nuevo candidato, pero de todas formas será una situación jamás vista en la historia de Estados Unidos.