María Consuelo Plazas Serrato
Dentro de los cambios en el gabinete del Presidente Duque para el año 2021, se encuentra la designación de Felipe Buitrago Restrepo como nuevo Ministro de Cultura, quien desde septiembre de 2019 se venía desempeñando como Viceministro de Creatividad y Economía Naranja en la misma cartera. El destacado profesional cuenta con más de 18 años de experiencia en dicho sector, habiendo hecho parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la División de Asuntos Culturales y Creatividad como consultor y del Consejo Británico como desarrollador de Economías Creativas, entre otros.
¿Por qué es tan relevante este nombramiento?
Para nadie es un secreto que la actual contingencia sanitaria ha provocado que teatros, cines, galerías y en general toda la Industria Cultural y Creativa (ICC), cierre sus puertas para hacer frente a la expansión del virus, circunstancia que más allá de generar millonarias pérdidas, ha incidido en toda la cadena de valor: Empresarios, artistas, trabajadores independientes, por citar solo algunos. Sin embargo, sería injusto echarle toda la culpa a la situación generada por la pandemia, cuando es un secreto a voces que aunque la cultura en nuestro país ha venido ganando espacios, no se le ha dado la relevancia que merece.
En ese orden, conviene traer a colación la conclusión a la que llegara la destacada académica Roberta Comunian en un reciente estudio sobre el impacto del COVID-19 en la industria cultural del Reino Unido, la cual aplica de manera integral al contexto colombiano. Sobre el particular advierte que los problemas de sector cultural no pueden reducirse solamente a la pandemia, dado que responden a motivaciones estructurales. Por consiguiente la respuesta del Estado debería ir más allá de un apoyo inmediato y excepcional, permitiendo soluciones a largo plazo que mitiguen la crisis que siempre ha experimentado el sector. En el caso colombiano, dicha vulnerabilidad ha sido motivada bajo un sinnúmero de premisas, tales como el precario consumo cultural, la informalidad o el limitado presupuesto que se le destina.
Sea cual fuere la explicación, lo cierto es que la debilidad de nuestras políticas culturales hace mucho dejaron de ser novedad y es por ello, justamente, que el nombramiento del ministro Buitrago Restrepo promete un horizonte esperanzador en lo que respecta a la reactivación de políticas que fomenten la creatividad e impulsen la economía naranja de manera eficaz y oportuna. Enhorabuena señor Ministro.