La boloñesa es una salsa perfecta no solamente para acompañar las tradicionales pastas, sino para disfrutar cualquier otra preparación.
La salsa boloñesa es uno de los condimentos más conocidos de la cocina italiana, preparada a base de carne y verduras.
Su sabor es tan exquisito que puede servirse en muchas preparaciones, desde las tradicionales pastas hasta panzerottis, pizzas, lasañas y en lo que al apetito e imaginación se les ocurra.
Esta receta es muy fácil de hacer, pero requiere tiempo y es algo laborioso, ya que necesita una larga cocción. Eso sí, vale la pena porque cualquier parecido en sabor y textura entre hacerla como mandan los cánones, o simplemente mezclando carne y tomate, es pura coincidencia.
Receta
*Ingredientes
500 g de carne picada
2 tomates maduros grandes
1 cebolla cabezona grande
2 zanahorias
1 rama de apio
2 cucharadas de pasta de tomate
100 ml de vino blanco
200 ml de agua
2 dientes de ajo
Sal
Pimienta
Aceite
*Preparación:
Comenzamos picando en trozos muy pequeños la zanahoria, el apio y el ajo. La cebolla también la cortamos en brunoise muy fino, de forma que todas las hortalizas tengan así un tamaño similar al de la carne, para que no destaquen sobre ella. Las sofreímos en durante diez minutos a fuego lento. Añadimos la carne picada. Cuando la carne picada haya cambiado de color, agregamos el vino blanco y dejamos que se evapore mientras removemos.
Después agregamos el tomate picado en trozos, un vaso de agua y la pasta de tomate, dejando que todo se cocine durante unos veinte minutos más. Sazonamos con sal y pimienta si hace falta.
La tradición para hacer una buena salsa boloñesa exige una larga cocción. Por eso vamos a dejar que la salsa se cocine a fuego lento durante al menos 1 hora y media más, totalizando dos horas.
Para que no se quede seca la salsa en tan larga cocción, podemos ir añadiendo agua, caldo o vino cuando veamos que se está secando mucho.
Recuadro
Salsa con historia
Sus orígenes se pierden en la Antigua Roma, cuando su receta fue tan conocida por ser exportada durante la conquista romana a la Galia en el siglo I a.C.
La salsa boloñesa nació como segundo plato a base de carne y desde sus orígenes hasta su actualidad ha sufrido múltiples variaciones. Con la llegada de los romanos a tierras galas, los franceses heredaron la receta y a partir de la Edad Media la volvieron a exportar a Italia. Además, como curiosidad, su nombre original es ‘ragù’ y procede del verbo francés ‘ragoûter’, que quiere decir abrir el apetito.
Este plato llegó a Bolonia en la Edad Media gracias al movimiento que generaba la circulación de estudiantes y profesores de la universidad por Europa. En sus inicios se trataba de guiso que nació en las casas nobles y que se fue perfeccionando por los cocines de las familias nobles de la ciudad.