El capitán Ricardo Alberto Rivera Arce, nacido en Neiva el 21 de agosto de 1970, es el actual presidente de la Junta Directiva de Bomberos Voluntarios de la ciudad. Su padre, Carlos H. Rivera, fue comandante de bomberos en Neiva durante los años 60, 70 y 80. Rivera Arce se crió en un ambiente bomberil y su vocación le viene de sangre. Su sueño es unir a los bomberos voluntarios y oficiales en una sola familia. Esta es su historia.
Hernán Galindo
Conversar con el capitán Ricardo Alberto Rivera Arce, es hablar de una vocación de servicio, de una pasión que le surgió desde edad temprana. Siendo niño estuvo en medio de emergencias, junto a su padre, el capitán Carlos H Rivera.
“Yo dormía desde los 9 años cuando falleció mi mamá en la estación de bomberos del centro en la calle 14 con Séptima, ahí viví de los 9 años hasta los 16; iba a todas las emergencias desde muy pequeñito a ayudar a pagar incendios y emergencias de inundaciones, ahí me quedó el corazón bomberil”, relató en medio de esos recuerdos.
En el año 82, el gobierno sacó la convocatoria que todos los estudiantes de bachillerato antes de graduarse, tenían que prestar el servicio social y muchos lo hicieron en el Cuerpo de Bomberos de Neiva. Y dentro de ese grupo estaba el capitán Rivera.
En el año 85 debido a la necesidad que había en Neiva de un grupo de apoyo a los bomberos oficiales, solo eran 14, es cuando se crea el Cuerpo de Bomberos Voluntarios; “el 31 de agosto de 1985 se creó el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Neiva en cabeza de mi padre y yo fui uno de los miembros fundadores junto con otros estudiantes porque éramos estudiantes e iniciamos como oficiales que apoyábamos las labores de prevención de emergencias; fuimos creciendo poco a poco, todos los años iba llegando gente de servicios sociales, los estudiantes y se iba quedando un porcentaje ahí como bombero voluntario”, comentó.
Su promoción
Con el paso de unos pocos años, en el año 89, siendo alcalde de Neiva Jairo Morera Lizcano, el capitán, Carlos H. Rivera sale pensionado y la administración de los bomberos es entregada a la Policía Nacional.
Dos años más tarde, la institución cambia de nombre por el de Departamento de Bomberos de Neiva; “Luis Alberto Díaz Méndez, ‘el amarillo’, era el alcalde; “yo estaba trabajando en Bomberos Soacha y me dijo porque no se viene y me ayuda, necesito un bombero, no un policía y me vine a apoyar la gestión”, agregó. Ya en el año 94 se termina el convenio con la Policía y el coronel Ricardo Rivera asume como comandante.
Al preguntarle sobre cómo es la formación de un bombero, comentó que cuando comenzaron eran unos 35 y ahora son 78, se veía lo básico, ahora se requieren pasar por un entrenamiento de 460 horas para certificarse como bombero tipo 1 o bombero tipo 2, con instructores autorizados por la dirección nacional.
Añadió que los bomberos no solo apagan incendios o atienden inundaciones, son varios los frentes y por ende el entrenamiento especializado; “manejamos rescate en alturas, rescate vehicular, rescate acuático, rescate confinado, equipo con los perros entrenados para búsqueda y rescate, son muchos los frentes a atender”, dijo y adicionó que los voluntarios en su mayoría son técnicos en atención hospitalaria.
Voluntad política
Al indagar al capitán Rivera sobre por qué no se han podido unificar los cuerpos de bomberos, no solo en Neiva sino a nivel país, la respuesta es clara: “Esto no produce votos, ni produce plata, por lo que no existe la voluntad política”, indicó.
Y añadió: “acá no existe la cultura de la prevención. Esto se fue adaptando con el paso de los años. Los bomberos existen desde hace 200 años, cuando se estaba defendiendo Cartagena aparecieron los primeros bomberos voluntarios”, dijo a manera de reseña histórica.
En materia legislativa, aunque se han aprobado las leyes que les dan un marco jurídico, las mismas dejan abierta la posibilidad de que el administrador las aplique o no, porque no los obliga.
“Primero fue en el año 2006 que se creó la ley 322 y que le dio una figura al sistema, que pasó a llamarse, Sistema Nacional de Bomberos y en el 2012 la Ley bomberil tiene que ver más con los recursos, crea la sobretasa, tiene un poquito más de fuerza, pero todavía le falta porque en uno de sus apartes dice que el municipio podrá tener cuerpo de bomberos oficiales o podrá contratar que es lo que deja a voluntad de los administradores de turno la decisión”, argumentó.
Por eso, los bomberos han estado al vaivén como en Neiva que en 2006 retomó el Cuerpo Oficial de bomberos, “pero dejó sin ningún tipo de posibilidad a los voluntarios, muchos de esos voluntarios se fueron al cuerpo oficial”, relató el capitán Rivera.
El capitán Rivera se fue unos años para los Estados Unidos en donde fundó una empresa transportadora y en el año 2010, decidió regresar a Colombia; “me hablaba mucho con los bomberos oficiales, pero veía la falencia de equipos, de personal, todas las necesidades y decidí retornar a luchar por los bomberos”, sostuvo.
También compartió cómo ha sido su experiencia en los Estados Unidos en donde los bomberos son una institución que tiene incluso el carácter policial.
“Allá para que exista una comunidad se requiere que cumplan cuatro requisitos básicos: que haya infraestructura hospitalaria pública, escuelas públicas, seguridad a través de los bomberos y protección a través de la Policía. Si no existen esas cuatro entidades, no existe una comunidad, eso es una enmienda constitucional en Estados Unidos”, sostuvo.
Tienen una organización que comienza por los bomberos del Condado, que son como el municipal acá, luego están los bomberos del Estado que son los supervisores, tienen ya rango policial; “entonces estamos a años luz, pero seguimos trabajando pensando en el fortalecer la ley, estamos avanzando”, afirmó Rivera.
El trabajo en Neiva
La dinámica de la atención de emergencias en la ciudad la marcan los bomberos oficiales; “ellos son los primeros respondientes por ser los oficiales, o sea, es la parte gubernamental. Nosotros somos la fuerza de apoyo para las labores que tiene el Cuerpo Oficial de Bomberos, entonces, tenemos 40 bomberos oficiales, pero divididos en tres turnos, súmele los que se van de vacaciones, el que se enferma. Son insuficientes”, aportó.
Y agregó que “ahora que se ponga en servicio la Estación de bomberos de la comuna 10, van a ser mucho más insuficientes”.
“Las normas internacionales establecen que tiene que haber un bombero por cada 1.000 habitantes, tendría que haber 450 bomberos, esa es la planta de personal del municipio, por eso es claro que estamos lejos”.
“En 2015 volvimos a reactivarnos como Bomberos Voluntarios, pero no con la intención de tomarnos la administración de emergencias y que el personal de Bomberos Oficiales fuera excluido. “La idea y el consenso fue que los bomberos voluntarios en Neiva iban a ser siempre la fuerza de apoyo de los bomberos oficiales”, agregó.
A nivel de experiencias vividas, están asociadas a la magnitud de la emergencia atendida: “los bomberos no solamente atendemos incendios ni inundaciones, el 85% de las emergencias que cubren los bomberos son de emergencias médicas, por eso los bomberos voluntarios nos hemos especializado en la parte de atención prehospitalaria”.
Puso el ejemplo de la guerra del centavo por el Soat; “si usted llama una ambulancia por una persona que sufre un preinfarto o tiene un accidente distinto al automotor, no le llega una ambulancia, pero en el caso contrario, llega hasta dos y tres. Ahí es donde actuamos nosotros, para suplir en parte esa falta de reacción”, añadió.
Vivencias
Además de las emergencias en las que acompañó a su padre siendo muy joven, recuerda algunas que le han dejado huella para toda la vida.
Una de ellas es el terremoto de Armenia del año 1999 al que se desplazaron bomberos de Neiva para ayudar a atender la emergencia de la que se conmemoraron 25 años el pasado 26 de enero. “Fuimos doce unidades a la ciudad de Armenia a ayudar en el rescate”.
A nivel local emergencias, recordó que en su juventud, vivió el incendio de la galería central de Neiva; un incendio en la zona de los Alpes, un incendio; “eran casas en madera, cubiertas con plástico; el antiguo hospital en el centro de la ciudad”.
Finalmente, manifestó que su sueño es lograr la unión de los bomberos a nivel local; “primero que se terminen algunas pequeñas asperezas que hay entre bomberos voluntarios y oficiales, nosotros somos una sola familia, un solo uniforme; en fin nos duele y afecta lo mismo que a ellos”.
Aspira poder construir su propia sede: “A nosotros nos dan un lote en propiedad y enseguida contamos con 3.500 millones aprobados para la construcción de una estación de bomberos tipo 1, igual a la que están construyendo acá en la Comuna 10, igual es un plano ya preestablecido, la Dirección Nacional tiene el plano para hacerlo”, destacó.
En la línea de sucesión en la familia, tiene un hijo que es bombero en Villa María, Caldas, “Ricardo Rivera, tiene 27 años y la misma vocación”.
“Un mensaje a las comunidades es que tengan y demuestren cultura ciudadana, no arrojar basura, no arrojar botellas, no hacer quemas, no hacer el paseíto de olla, cualquier pedacito de carbón, que salga volando y nos genere un incendio forestal y muchas veces incontrolable entonces la cultura, ante todo”.
Igual la invitación es a hacer ahorro de agua y en estos tiempos de cambio climático tener en cuenta que la deforestación ocasiona muchos deslizamientos, avalanchas, “porque el suelo se inunda de agua y lo que vienen son las avalanchas, los deslizamientos de tierra, entonces el camino es la cultura ciudadana”, concluyó.