El aumento de la desertificación, la disminución de zonas glaciales y fuentes hídricas, hacen que el Huila no sea ajeno a los efectos del cambio climático en el mundo. El aumento de la desertificación, la disminución de zonas glaciales y fuentes hídricas, hacen que el Huila no sea ajeno a los efectos del cambio climático en el mundo. Con un primer acercamiento a esta realidad, expertos en el tema analizan la situación y diseñan estrategias para mitigar los impactos ambientales. El ‘Plan Huila 2050’ condensa y ordena la iniciativa. CAROLINA AMÉZQUITA CASTRO LA NACIÓN, NEIVA El uso desmedido y erróneo del suelo huilense, ha generado graves impactos ambientales que hoy tienen alarmadas a las autoridades del departamento. Desertificación, disminución de fuentes hídricas y deforestación, son algunas manifestaciones de la tierra ante el abuso del hombre. El ‘Plan Huila 2050’ es un primer paso hacia la recuperación ambiental. La fértil tierra huilense es apetecida por cientos de empresarios y personas de todas las regiones del país que ven el departamento una opción de crecimiento y desarrollo económico. Sin embargo, no todo el territorio está siendo utilizado de la manera correcta, lo que produce un conflicto de intereses económicos y ambientales. “Actualmente el panorama del Huila es débil porque se presenta una lucha entre las actividades productivas y la conservación ambiental; y eso es realmente incongruente en un panorama en donde todos tienen que convivir en el futuro”, explicó Claudia Martínez, consultora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Según la experta, el Huila es considerado un punto estratégico que hace parte del Macizo Colombiano, la estrella hídrica más importante del país que está constituido por un conjunto montañoso de los Andes colombianos que cubre además los departamentos de Cauca y Nariño. Huila, tesoro ecológico El departamento del Huila posee valiosos ecosistemas de flora, fauna, recursos hídricos y paisajísticos, tanto de carácter nacional como regional que albergan gran parte de la riqueza biológica de la Nación. De acuerdo con el mapa de ecosistemas del Huila (Grupo Arco, 2008), estas áreas evidencian que el 31 % del Departamento está cubierto por bosques naturales, pero sólo 23.7 % se encuentra conformando por áreas de vegetación continua de gran tamaño que se ubican hacia el oeste, sur y este. “El Huila de por si es un territorio que tiene toda la representatividad del país, todo el tema productivo, minas, petróleo, y al mismo tiempo es un departamento bastante deforestado y con bastantes deudas ambientales”, sostuvo Claudia Martínez. Las mayores áreas en bosque del departamento se localizan en el macizo colombiano y en las partes altas de la cordillera oriental, especialmente en el municipio de Colombia y los páramos en los municipios de Colombia y San Agustín. En referencia a los cambios de cobertura, se evidencia una concentración de los procesos de deforestación hacia áreas como serranía de minas, zona amortiguadora del Nevado del Huila, y zona centro de la cordillera oriental. En el periodo 2001-2007 se perdieron 6.100 Hectáreas por año de bosque continuo. Por ello, surgió la iniciativa ‘Plan Huila 2050’, apoyada por la CAM y la Usaid, bajo el programa Carbono Forestal, Mercados, y Comunidades. “Lo que pretendemos es hacer un proyecto que mire que repercusión tiene el cambio climático a las condiciones actuales del departamento, con una visión de largo plazo, por eso le llamamos ‘Plan Huila 2050’ de cambio climático”, dijo Martínez. Asimismo, la experta afirmó que es importante actuar ya para contrarrestar los impactos ambientales. “Es importante entender que si el Huila es vulnerable porque va atener menos precipitaciones, porque va a tener una desertificación, que ya se ve en el departamento, podamos contrarrestarlo con un plan de adaptación, con un plan lógico al largo plazo y obviamente un plan de mitigación que contrarreste los efectos de la deforestación y perdida de ecosistemas”, explicó. Equilibrio De acuerdo con Martínez, para implementar acciones frente al cambio climático debe existir un acuerdo político para entender, para qué es bueno el territorio del Huila y poder tener un equilibrio entre las actividades productivas y las actividades de conservación. “En un escenario de escases de agua no se puede hacer todo lo que cada uno de los sectores pretende, no se puede tener hidroeléctricas, agricultura, minas y petróleo en un escenario donde no hay agua, debemos ser consecuentes”, dijo la experta. Martínez explicó que el ‘Plan Huila 2050’ pretende es visualizar los escenarios de cambio climático. “Qué pasaría si seguimos como estamos, va a ser viable o no el departamento, qué pasaría si cambiamos frente a un tema mucho más productivo, o si por otro lado hacemos un tema mucho más coherente con la conservación y los servicios ecosistémicos para lograr una viabilidad departamental a largo plazo, que es lo que tenemos que pensar a todos para hacer un plan estratégico del departamento”, expresó. El ‘Plan Huila 2050’ inició su construcción hace dos meses y concretó un primer avance la semana anterior cuando expertos nacionales e internacionales cumplieron la cita en Neiva, analizaron la situación desde su experiencia e hicieron algunas recomendaciones. Acciones de mitigación Tim Killeen, consultor para el cambio climático del programa ‘Bosques, carbono y comunidades’ de la Usaid, expresó que lo ideal es organizar un proceso donde todos lo sectores implicados participen. “Todos los que tienen un interés legítimo en el Huila, los sectores productivos y que dependen de los recursos naturales, es necesario que tengan un dialogo sobre el cambio climático, para que entiendan que significa, que viene en términos de impactos y que ellos mismo puedan seleccionar las mejores opciones para enfrentarlo, tanto mitigación como adaptación. Según la encuesta Nacional Agropecuaria las áreas destinadas a ganadería en el Huila se amplían a un ritmo de 7.000 hectáreas anuales. Esta actividad se realiza de manera extensiva y en varios casos en zonas cuyo uso no es apto para la misma, generando erosión, compactación y pérdida de productividad de los suelos. “La desertificación es un ejemplo de lo que pasa cuando se tiene un uso del suelo no sostenible, he visto como crían ganado sobre pendientes muy fuertes que no son aptas para la ganadería, es cierto que la gente que debe tener su ingreso, pero no es el mejor uso del suelo en términos de manejo de recursos, hay que buscar otras actividades para que puedan sostenerse sin hacer daño al medio ambiente”, explicó Killeen. Alerta por nevados Con los efectos del cambio climático, uno de los más afectados es el Nevado del Ruiz. “El país ha visto como disminuye notoriamente, hay un retroceso glacial, las zonas que antes estaban cubiertas de hielo están retrocediendo porque aumentan las temperaturas y en general todos los nevados han sido afectados por eso”, explicó el profesional del Ideam. Asimismo, López advirtió que de seguir en las condiciones actuales, en 40 años no existirán zonas nevadas. “La disminución del valor medio es de un 30% a nivel nacional de las zonas glaciales. Sin embargo, esto se puede recuperar si hacemos buen recurso de la forestación, si no acabamos con los cuerpos de agua que están generalmente en las zonas altas de las montañas y nevados”, puntualizó. Amenazas Macizo El Macizo Colombiano ha sido catalogado por parte de la Unesco como reserva de la biósfera, dado su significado para la producción de agua, la biodiversidad y los ecosistemas, área que por su conformación especial representa una de las regiones con más posibilidades de desarrollo en Colombia, pero también, con grandes problemas que pueden llevarla a un proceso de degradación acelerada. Con una extensión de 274.000 km, la cuenca del Magdalena produce 86% del Producto Interno Bruto (PIB), 75% de la producción agrícola, y 90% de la producción cafetera del país. Igualmente, la cuenca produce 70% de la energía hidráulica del país y 90% de la energía termoeléctrica. Sin embargo, el aumento de deforestación, el remplazo de bosques por campos, el uso de químicos para la agricultura, la erosión de las tierras, y la sedimentación fluvial, hacen que este tesoro ecológico se vea altamente amenazado. Según cifras de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, la región Andina solo conserva el 13% de la cobertura boscosa original. “Todas estas amenazas son agravadas por los impactos climáticos relacionados con los fenómenos de El Niño y La Niña y los efectos cada vez mas evidentes del cambio climático”, expresó Alberto Vargas Arias, director de la corporación. Acciones urgentes De acuerdo con Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el Huila merece atención especial por ser un departamento con incrementos fuertes en temperatura, que repercuten en problemas para el recurso hídrico. “Existe un gran impacto a mediano y largo plazo, sobre todo en la parte del recurso hídrico, sobre el cual se advierte la disminución probable del mismo, porque el Huila produce energía a partir del recurso hídrico, pero si las cosas siguen con este escenario y características que llevamos, el panorama más pesimista seguramente apunta a que haya disminución de afluentes”, expresó Luis Alfonso López, meteorólogo del Ideam. Según López, se estima que a finales de siglo se presente un déficit de precipitación o agua cercano al 20%, “aunque no es tan sencillo de estimar el valor porcentual, eso depende mucho de las variables atmosféricas y las condiciones que se presenten en el tiempo”, manifestó. Destacado: El Huila presenta procesos de deforestación hacia zonas amortiguadoras del Nevado del Huila y zona centro de la Cordillera Oriental. En el periodo 2001-2007 se perdieron 6.100 hectáreas por año de bosque continuo. Destacado: “Se estima que a finales del presente siglo se registre un déficit de precipitación o agua cercano al 20% en el país. El evidente incremento de la desertificación en el Huila se extiende por las fértiles tierras del sur y occidente. Tan solo en Altamira las zonas áridas ascienden al 97 por ciento. Los efectos del cambio climático afectan el departamento del Huila, que según el Ideam merece atención especial por ser un departamento con incrementos fuertes en temperatura, que repercuten en problemas para el recurso hídrico. Tim Killeen Claudia Martínez