Desde mañana, la capital del país y los municipios aledaños servidos por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá tendrán suspensiones alternadas de agua debido al bajo nivel de los embalses. Esta medida, según el alcalde Carlos Fernando Galán busca ahorrar dos metros cúbicos por segundo de agua y garantizar el suministro en la actual coyuntura de niveles críticos de almacenamiento en los embalses, debido al fenómeno de El Niño.
“Tenemos un nivel de alerta en los embalses”, fue el argumento que expuso el mandatario, quien además explicó que el 70% del agua que se consume en Bogotá viene del sistema Chingaza, formado por los embalses de Chuza y San Rafael, cuyo nivel es el más bajo “desde que entró en operación en los años ochenta”. El alcalde Galán no ha descarta que además de los cortes de agua, tenga que ordenar racionamientos de energía.
Lo que sucede en Bogotá es un gran campanazo de alerta de lo que puede pasar en el resto del país si los colombianos no entran en la ‘onda’ del ahorro de agua y energía.
Aunque el Gobierno Nacional parece aún estar “dormido” frente a este tema y aún no busca despertar con fuerza el sentido de colaboración de la ciudadanía, los persistentes bajos niveles de los embalses en todo el país, incluyendo El Quimbo en el centro del Huila, hacen presagiar lo peor.
Hoy más que nunca cobra vigencia acatar consejos como usar un vaso para el cepillado de dientes, ducharse máximo en cinco minutos, usar la lavadora con la carga completa, cerrar la llave cuando se afeita o se aplica el champú; revisar que los empaques de las llaves, duchas y tuberías no presenten escapes; y limpiar al menos dos veces al año, los tanques de almacenamiento para preservar la calidad del agua en la vivienda. También es necesario apagar las luces que no se estén usando.